El banco central de Estados Unidos se encuentra en una encrucijada clave. A pesar de las presiones provenientes de la Casa Blanca, donde el presidente Donald Trump ha manifestado su deseo de que las tasas de interés bajen, es probable que la Reserva Federal (Fed) mantenga las tasas sin cambios esta semana. Este escenario, sin embargo, no implica que falten tensiones internas, ya que uno o dos gobernadores podrían expresar sus desacuerdos durante la reunión.
Las preocupaciones prevalentes entre los responsables de la política monetaria son variadas, pero destacan los aranceles impuestos por la administración Trump. Estos aranceles representan un riesgo potencial para los avances alcanzados en el control de la inflación, que ha regresado a niveles anhelados cerca del objetivo del 2.0%. De hecho, las preocupaciones en torno a la inflación parecen overshadow la situación del mercado laboral actual.
Recientemente, se ha concretado un acuerdo comercial que incluye aranceles del 15% entre Estados Unidos y Japón, y los progresos realizados en las negociaciones con la Unión Europea sugieren que estos aranceles podrían ser menos severos que los inicialmente establecidos por Trump en el “Día de la Liberación” del 2 de abril. Sin embargo, no hay que olvidar que los aranceles americanos están en su punto más alto en 90 años, y ya se pueden observar los efectos en el consumo doméstico. Por ejemplo, un repunte en el precio de artículos como muebles y ropa ha elevado la inflación hasta un 3.5% anual en junio.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha indicado que los escenarios son diversos, y que el banco central puede permitirse esperar antes de realizar ajustes, especialmente con un desempleo que ronda el 4.1%, cifra que se encuentra cercana, e incluso por debajo, de las expectativas de pleno empleo. A su vez, la combinación de diferentes datos y la perspectiva del programa económico impulsado por Trump —que incluye recortes de impuestos y desregulación— alimentan diversas opiniones dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), encargado de establecer la política monetaria.
En una reciente y tensa reunión en la sede de la Fed en Washington, Trump no solo reafirmó su demanda de una reducción de tasas, sino que también expresó que, a pesar de sus desacuerdos, no considera necesario despedir a Powell.
Esta situación presenta una compleja y fascinante intersección de política económica y monetaria, donde las decisiones de la Fed tendrán un impacto significativo en la economía de la nación y, por lo tanto, en la vida de los ciudadanos. La dinámica entre el gobierno y el banco central se sigue desarrollando, y las decisiones que se tomen en estos momentos podrían repercutir durante años.
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