La anterior década fue otra década perdida para la humanidad en la lucha contra el cambio climático y, por lo tanto, contra los combustibles fósiles, que son responsables de la mayoría de los gases de efecto invernadero que expulsa la actividad del ser humano.
Porque, a pesar de la expansión de las renovables, la cuota de energía generada con gas natural, petróleo y carbón en el mundo no varió en los últimos diez años.
Es una de las conclusiones del informe elaborado por el grupo internacional de análisis REN21 sobre la evolución de las energías renovables en el mundo.
Rana Adib, directora ejecutiva de este centro de estudios, urge: “Necesitamos una reducción drástica de la demanda energética y necesitamos prohibir los combustibles fósiles”.
Entre 2009 y 2019, el porcentaje de energía. Tanto eléctrica como la requerida para el transporte o la industria generada por los combustibles fósiles en todo el mundo pasó del 80,3% al 80,2%.
Esto se produjo en un periodo de expansión sin precedentes de las nuevas energía renovables, la solar y la eólica. ¿Cómo es posible? Porque, como explica por videoconferencia Adib. La demanda siguió aumentando sin un cambio estructural y el incremento de las tecnologías limpias, que pasaron del 8,7% de cuota al 11,2%, fue muy insuficiente para hacer mella en ese reparto de la tarta energética.