Dr. Lucio Alfonso Rubio Antelis
Entre la política y el derecho ha existido un enorme abismo que no debería de ser, sin embargo, los caprichos, la ambición y la corrupción de los personajes y protagónicos en el primer ámbito, han relegado a la norma jurídica en simple papel escrito, carente de obligatoriedad y por supuesto de cumplimiento. La tarea de gobierno no queda reducida a los acuerdos, apariciones y declaraciones públicas, manejo de ingresos y egresos del arca pública, el cumplimiento de las actividades programadas en la agenda ni tampoco en las simples omisiones gubernativas.
La tarea más importante del gobernante es precisamente garantizar el valor fundamental y derecho humano consagrado en el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece la obligación de las autoridades de seguridad publica consistente en la salvaguarda de la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social.
Este valor fundamental no puede estar relegado a las instituciones investigadoras de delitos, sino que es una tarea que día a día deben llevar a cabo los gobernantes de los tres órdenes de gobierno, de acuerdo al mandato constitucional, con lo cual al tomar conciencia de esta ineludible obligatoriedad constitucional, se forjaría un Estado más sólido, un Estado más confiable y en suma un mejor Estados de derecho que refleje la armonía y el desarrollo permanente de la sociedad.
Abrir los campos que permitan sensibilizar a los protagónicos de la política que han insistido en dirigir los destinos de una sociedad a través de la atribución del poder público en los diferentes cargos y funciones, permitirá entender los caminos de una civilización madura, consiente y dirigida a la satisfacción del interés social, de la solución a la problemática colectiva y al abandono definitivo de las aspiraciones de enriquecimiento personal, que conducen a ilícito, a la inmoralidad y a la condena de la sociedad que calla y olvida estos desagradables pasajes de la vida política.
En su momento pugnamos porque los actuales protagónicos del escenario político que contendrán por alcanzar el poder público en el año 2024, reconsideren en el ámbito familiar, moral y ético la necesidad de reconvertir sus proyectos, planes y trabajos hacia el bienestar común, encaminado a la prosperidad, a la paz social, al desarrollo de la colectividad, erradicando los vicios, las corruptelas y tantos otros males heredados históricamente que se reafirman en cada personaje que obtiene el beneficio de sentirse en todo poder, halagado por el presupuesto y dineros públicos que nublan sus convicciones y lo convierten en más de lo mismo, o lo que es peor en lo que Michel Ángelo Bovero denominó “Kakistocracia”, que es el peor de los gobiernos, que en el caso que aludimos sería una kakistocracia perfecta, ya que resultaría lo peor de los peor.
Por ello insistimos en que no se necesitan mas leyes para promover la justicia social, es necesario no solo asegurar el reconocimiento de los derechos de la sociedad más vulnerable, también se impone su respeto estricto, es decir, en continuar luchando por asegurar que se hagan valer a través de las claves de eficiencia y eficacia. Es necesario que ya no se evada ni viole la ley, el pueblo de Morelos no lo merece, su nobleza impone mejores protagónicos dirigentes la política y sus destinos gubernamentales.
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