La Jornada: El Llamado de Claudia

El trabajo ha adquirido en el año 2025 una importancia fundamental para mujeres y hombres por igual, dado que las parejas requieren de dos ingresos para poder sostener un hogar. De esta manera, el empleo se convierte en un objetivo vital que muchas mujeres persiguen no solo por necesidad económica, sino también por la aspiración a la superación personal y la independencia.

A pesar de que un 66% de las mujeres mexicanas considera que su vida mejoraría si tuvieran la oportunidad de trabajar, a menudo se ven restringidas a sus roles como cuidadoras, debido a factores como la crianza de los hijos, las obligaciones del hogar, la falta de hábitos laborales por incapacidad física o edad. En este contexto, destacó la noche del 15 de septiembre de 2025, cuando Claudia Sheinbaum Pardo, la primera presidenta de México, rindió homenaje a las mujeres que han luchado históricamente por su autonomía y la independencia del país. Nombres como Josefa Ortiz Téllez-Girón y Leona Vicario fueron recordados, así como a las heroínas anónimas, que han permanecido al margen de la historia oficial.

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A pesar de estos avances, los obstáculos persisten: en el mundo laboral, las mujeres aún enfrentan desventajas significativas. Con frecuencia, los sueldos, empleos y beneficios son significativamente más altos para los hombres. La lucha por la igualdad continúa en un ambiente donde el trabajo de cuidado y crianza sigue recayendo desproporcionadamente sobre las mujeres, lo que limita su inserción en el mercado laboral.

Es un orgullo ver a una mujer con la carrera de físico liderando el país, consciente de las necesidades de las mujeres y de las mexicanas en general. Esta nueva realidad puede ser inspiradora, pero aún queda camino por recorrer.

Las tradiciones de género todavía influyen en la dinámica familiar. Esta percepción arraigada establece que las tareas del hogar son esencialmente “trabajo de mujeres”, una idea que necesita ser desafiada para permitir que ellas se desarrollen profesionalmente. Curiosamente, a medida que las mujeres elevan su nivel educativo, se observa que dedican menos tiempo a las tareas domésticas, lo que sugiere un cambio en la distribución del trabajo en el hogar.

Un problema crítico que persiste es la violencia contra la mujer; se estima que más del 40% de la población ha experimentado agresiones masculinas de alguna forma. En este marco social, las disidencias sexuales también son un tema de relevante discusión.

Encontramos en estas dinámicas un ejemplo palpable de transformación y desafío a lo establecido. La imagen de una mujer asumiendo el rol de presidenta, llevando consigo esperanzas renovadas, representa un avance significativo en la lucha por la igualdad de género. Esta nueva era, marcada por decisiones históricas, no solo busca reconocer a quienes han sido tradicionalmente invisibles, sino también abogar por un futuro más equitativo para todas las generaciones venideras.

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