El Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos obtendría un amplio respaldo en el Congreso si finalmente opta por la concesión de los indultos a los 12 líderes del procés condenados, nueve de ellos en prisión. Todos los partidos independentistas catalanes (ERC, Junts y PDeCAT y la CUP), los nacionalistas vascos, como PNV y EH Bildu, y otras formaciones, como Más País y Compromís, mostraron este martes su determinación a apoyar esas medidas de gracia y a su vez el intento de encauzar una “solución política” al problema político en Cataluña. Desde la derecha, PP, Vox y Ciudadanos rechazaron contundentemente esa posibilidad —que el Ejecutivo todavía no ha confirmado y que está pendiente primero del dictamen del Tribunal Supremo que fijó la sentencia— y anunciaron que utilizarán todos los instrumentos políticos y jurídicos a su alcance para evidenciar su protesta. Vox advirtió que llevará su movilización incluso a la calle.
Por todas esas razones, han sido precisamente los portavoces parlamentarios del PSOE y de Unidas Podemos, Adriana Lastra y Pablo Echenique, respectivamente, quienes se han mostrado más cautos y cuidadosos al expresarse este martes en el Congreso sobre esa posibilidad que ya baraja el Gobierno y que está pendiente antes del dictamen del Tribunal Supremo. Lastra insistió en que el proceso para otorgar indultos está perfectamente reglado, también avisó de que su resolución aún no está tramitada ni ha llegado aún al Consejo de Ministros y evitó anticipar más comentarios.
En el Ejecutivo se mueven en varios frentes ante la determinación de abordar cuanto antes la concesión de los indultos a los dirigentes políticos que siguen en prisión como consecuencia de su condena por su participación en el proceso independentista catalán. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ya ha enviado varios mensajes públicos sobre la “normalización” de ese sistema para insistir en la idea de que sería una actuación “natural”. Pero en el Gabinete, tanto en el ala socialista como de Unidas Podemos, y también en el PSOE, son plenamente conscientes de lo “delicado” que es este asunto y de las consecuencias electorales que podría acarrear.
Echenique aclaró, de entrada, que quería ser especialmente “cuidadoso” ante un tema tan delicado y se remitió a la solución que encuentre el ministro de Justicia. Eso sí, el dirigente de Podemos reafirmó la conocida posición de su formación “contra que haya líderes políticos y sociales catalanes en la cárcel” y sobre que “se retome el diálogo y se desinflame un conflicto territorial que supone tantas energías que podrían ir a reactivar la economía y al fin de la pandemia”. El portavoz parlamentario de Podemos reiteró además sobre el posicionamiento de fondo de los independentistas que se reafirman en sus tesis que “no se le puede exigir a ninguna fuerza política que renuncie a sus ideas” y enfatizó que “España no es una democracia militante”.
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