Poca gente conoce Capital Group. Incluso en el sector financiero. Eso, a pesar de ser la mayor gestora independiente y activa de todo el mundo, con un patrimonio gestionado que supera los 2,3 billones de dólares. Y a pesar de gestionar algunos fondos de inversión que manejan más de 200.000 millones de dólares. No solo eso, de sus 40 estrategias de inversión, hay 29 que están entre el 10% de mejor de retorno respecto a fondos comparables.
¿Cómo es posible que un gigante como este, que ha demostrado una capacidad más que probada para ganar dinero, haya pasado desapercibido en Europa? Hay dos explicaciones. La primera, que pese a tener ya 92 años de historia, la firma se ha centrado tradicionalmente en su mercado doméstico, Estados Unidos. La segunda, la más interesante, es que Capital Group ha creado un modelo diseñado para evitar los gestores estrellas, para luchar contra los egos.
Guy Enriques es presidente para clientes de Capital Group en Europa y Asia. Hace dos semanas, la firma organizó un evento en Londres para dar a conocer los planes de expansión del gestora, que quiere tener cada vez mayor presencia fuera de su mercado natural. “Nosotros somos la antítesis de las firmas que promueven a los gestores estrellas. No creemos en este tipo de individualismo”, explicaba.
Ahora bien, ¿qué se puede hacer para aplacar el ego de un gestor que administra un fondo de miles de millones de euros y que ha conseguido ganar mucho dinero a sus clientes?
Sabiduría colectiva
- Multigestión. Desde la firma defienden que el mejor método para lograr buenas rentabilidades es dar libertad a cada uno de los gestores e ir agregando todas sus posiciones en un único vehículo. El mercado se encargará de dictar sentencia y definir qué estrategias están yendo bien y cuáles no. Rechazan también buscar consensos entre diferentes gestores, o que una dirección global de inversiones defina las líneas maestras.
- Coordinación. Tan solo en algunos fondos en los que podría darse teóricamente una posición alcista sobre un bono en contraposición con una bajista sobre el mismo activo, entraría en juego una figura de coordinador de inversiones. Este papel puede acabar imponiendo o acotando ciertas decisiones para conseguir que la cartera del fondo sea fiel al folleto comprometido con el cliente final.
Otro factor importante tiene que ver con la propiedad de la firma. A diferencia de BlackRock, que es un negocio cotizado en Bolsa o Fidelity que está controlado por una familia, aquí los dueños de Capital Group son los empleados. Hay 450 socios que controlan la gestora. Pero el gusto por la discreción llega al extremo de que cuando a un gestor se le ofrece convertirse en socio, no se hace público. Ni si quiera lo puede anunciar en sus tarjetas de visita o en la puerta de su despacho.
La paranoia anti-egos llega al punto de que los empleados suelen tratarse entre sí únicamente por sus iniciales. Así, Guy Enriques firma sus cartas como GMQH. Y Hamish Forsyth es AHF.
Con el gran tamaño que acumula, no es raro encontrar a Capital Group como uno de los grandes accionistas de cotizadas españolas.
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