En una montaña en Lituania, se erige un monumento inusualmente religioso: la Colina de las Cruces. Este lugar sagrado ha estado acumulando crucifijos durante más de dos siglos y hoy en día, se calcula que hay alrededor de 100,000 cruces en el sitio.
Se cree que el origen de esta tradición de poner cruces comenzó después de la rebelión de 1831 contra el gobierno del Imperio Ruso. Muchos insurrectos lituanos fueron ejecutados en la región, y sus familias y amigos colocaron crucifijos en el sitio como un acto de duelo y resistencia en respuesta a esta tragedia.
A lo largo de los años, esta costumbre se ha extendido fuera del país y se cree que incluso el Papa Juan Pablo II trajo unas cruces en su visita en 1993.
A pesar de los intentos comunistas de eliminar las cruces y su significado religioso, la colina sigue siendo un lugar de peregrinación y fe. La colina está ubicada en uno de los lugares más altos de la provincia de Samogitia, lo que significa que tiene impresionantes vistas panorámicas y es un lugar popular para los turistas.
Además, la Colina de las Cruces guarda en su historia una leyenda que cuenta que quien coloca una cruz ahí, tendrá buena suerte en la vida. Por lo tanto, incluso hoy en día, las personas continúan visitando y agregando cruces al monumento en busca de ser bendecidos.
En definitiva, la Colina de las Cruces es un lugar de gran importancia religiosa e histórica en Lituania y un ejemplo de cómo la fe y las tradiciones pueden superar los desafíos políticos y sociales que se presenten en una sociedad cambiante.
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