El mundo político alemán se enfrenta esta semana a un debate con importantes consecuencias, tanto a la hora de conseguir votos para ganar las próximas elecciones nacionales como para combatir la pandemia del coronavirus, y que se inició con unas declaraciones del jefe de la cancillería federal, Helger Braun, al periódico Bild am Sonntag. El ministro, un político de total confianza de la canciller Angela Merkel, dijo el domingo que podría ser necesario imponer restricciones a las personas que se niegan a ser vacunadas, si las infecciones de la covid-19 alcanzan nuevos máximos históricos en los próximos meses, como puede ser el caso en Alemania.
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Braun señaló que a las personas no vacunadas podría impedírseles ingresar en lugares como restaurantes, cines o estadios “porque el riesgo residual es demasiado alto”. El ministro mostró su preocupación por las posibles consecuencias de una nueva ola de la pandemia en el mercado de trabajo. Aseguró que las bajas por enfermedad alcanzarían “máximos históricos” y remarcó que el impacto en los procesos de trabajo de las empresas sería “enorme”. “Ya lo estamos viendo en el Reino Unido”, añadió al respecto. Por ello, afirmó que “la gente vacunada tendrá definitivamente más libertades que la no vacunada”. Braun mencionó que, en caso de aprobarse ese tipo de políticas, serían constitucionales porque “el Estado tiene la responsabilidad de proteger la salud de sus ciudadanos”.
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La campaña de vacunación en Alemania se ha desacelerado en las últimas semanas y esto ha suscitado discusiones sobre cómo alentar a la gente a que se vacune. La semana pasada se suministraron en Alemania 678.459 primeras dosis, el nivel más bajo desde la tercera semana de febrero, cuando había escasez de vacunas en Columna Digital. Con 15 millones de dosis sin usar en refrigeradores, según las estadísticas, el promedio diario de primeras dosis suministradas ha ido cayendo desde hace 33 días.
Las preocupaciones de Braun tienen un fundamento real. El ministro, que es médico de profesión, teme que el número de nuevos casos de coronavirus en Alemania se dispare a 100.000 al día en unos dos meses. Tras más de dos meses de descenso constante, los casos han aumentado en la mayor economía de Europa desde principios de julio, debido principalmente a la propagación de la variante delta. Braun aseguró al diario alemán que los casos estaban aumentando un 60% por semana. “Si la variante delta siguiera extendiéndose a este ritmo y no la contrarrestáramos con una tasa de vacunación muy alta o un cambio de comportamiento, tendríamos una incidencia de 850 (por cada 100.000 personas) en solo nueve semanas. Esto equivale a unos 100.000 nuevos contagios al día”, dijo, y añadió que esto llevaría a muchas personas a la cuarentena y al caos en la economía.
Peligrosa división
El tema ha causado una peligrosa división en el seno del propio partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU por sus siglas en alemán). El candidato de la CDU para reemplazar a Merkel como gobernante de Alemania, Armin Laschet, manifestó su oposición a cualquier requerimiento formal o informal de la vacuna en este momento. “No creo en la vacunación obligatoria y no me parece que debamos apremiar indirectamente a las personas para que se vacunen”, declaró el domingo Laschet a la segunda cadena pública de televisión, ZDF. restricciones.
Las declaraciones de Laschet fueron calificadas por algunos medios germanos casi como una bofetada a Merkel. Durante una reciente visita al Instituto Robert Koch, la canciller descartó la obligatoriedad de la vacuna “por el momento”, pero enfatizó: “No estoy descartando que pudiera hablarse distinto en unos meses”. En su última conferencia de prensa de verano, Merkel hizo un dramático llamamiento a la población para que intensifique los esfuerzos de vacunación ante el aumento de las cifras de infección. “Cuantos más se vacunen, más libres volveremos a ser”, dijo la canciller. “Solo juntos podremos superar la pandemia. Por lo tanto, las personas también deben promover activamente la vacunación en su entorno privado y en el trabajo. Cada vacuna es un pequeño paso hacia una mayor protección para todos”.