El artículo titulado “El miedo al populismo reaccionario ya no da miedo” en El Diario es una reflexión sobre el aumento del apoyo al populismo en la política mundial. El autor, Ignacio Torreblanca, señala que mientras que el populismo se ha relacionado históricamente con la izquierda, hay una creciente tendencia hacia el populismo reaccionario de derecha. Este tipo de populismo se caracteriza por su nacionalismo y su rechazo a la globalización y a los derechos humanos, entre otras cosas.
El autor señala que los efectos del populismo reaccionario pueden ser alarmantes. En muchos casos, el populismo reaccionario se utiliza para justificar medidas restrictivas y autoritarias contra grupos marginales, como los migrantes y los refugiados. Torreblanca cita el ejemplo del actual gobierno húngaro, que ha utilizado la retórica populista para justificar la construcción de muros en las fronteras y para restringir los derechos de los medios de comunicación independientes.
El artículo también menciona que el populismo reaccionario puede socavar la democracia en sí misma. A menudo, los líderes populistas reaccionarios utilizan la retórica populista para desacreditar a los partidos políticos tradicionales y a los medios de comunicación independientes, con el fin de consolidar su propio poder. Esto puede llevar a la erosión de las instituciones democráticas, como el sistema judicial y el sistema electoral.
El autor también señala que el populismo reaccionario puede ser especialmente peligroso en la era de las redes sociales y la tecnología en línea. Los líderes populistas reaccionarios pueden llegar a amplios sectores de la sociedad a través de las redes sociales y pueden utilizar la tecnología para socavar la privacidad y la libertad de expresión. Torreblanca cita el ejemplo del gobierno ruso, que ha utilizado la tecnología para restringir el acceso a los medios de comunicación independientes y para vigilar a los ciudadanos que critican al gobierno.
En conjunto, el artículo es una llamada a la acción contra el populismo reaccionario en la política mundial. Los efectos del populismo reaccionario pueden ser alarmantes para la democracia y para los derechos humanos, entre otras cosas. En lugar de ceder ante el miedo, debemos tomar medidas para proteger nuestras instituciones democráticas y para apoyar la libertad y la justicia para todos, sin importar su origen o estatus social.
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