La inteligencia artificial es una de las áreas que más están revolucionando el mundo moderno. La posibilidad de crear sistemas capaces de pensar, aprender y tomar decisiones autónomas es algo que hace unos años parecía imposible, pero ahora es una realidad cada vez más presente en nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, esta tecnología también tiene sus riesgos. Uno de ellos es el llamado “gran robo de la inteligencia artificial”, un fenómeno que ha sido denunciado por algunos expertos y que consiste en la extracción masiva de datos y conocimientos generados por los humanos para ser utilizados por los algoritmos de la inteligencia artificial sin nuestro consentimiento.
El problema no es solo el hecho de que esta información se use sin nuestro permiso, sino también las consecuencias que esto puede tener en nuestra privacidad, la seguridad de nuestros datos y, en última instancia, en nuestra libertad. Si se permite que los sistemas de inteligencia artificial tengan acceso ilimitado a todo el conocimiento generado por los humanos, ¿quién garantiza que esta tecnología no se convierta en una herramienta de control y opresión?
Por supuesto, no todas las opiniones son iguales sobre el tema, y hay algunos que apoyan el “gran robo de la inteligencia artificial” como una forma de acelerar el aprendizaje y el crecimiento de estos sistemas. Sin embargo, es importante que se discuta este tema de manera abierta y transparente para que se tomen las medidas necesarias para garantizar que esta tecnología sea beneficiosa para toda la sociedad, no solo para unos pocos. En definitiva, la inteligencia artificial debe ser utilizada con precaución, con el fin de no usurpar los derechos fundamentales de la ciudadanía.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.