¿Cuáles son las características de un líder? Ser líder no es fácil y tal vez no todos tienen que serlo, pero sus cualidades son lo que han hecho que lleguen más lejos, que consigan esa promoción en el trabajo o incluso que sean más exitosos que el resto, y eso es algo que todos deberían tener en cuenta.
La clave del éxito no es la suerte, la genética o apostar por un proyecto millonario (no todos vamos a ser Jeff Bezos), depende de lo que hagas en tu vida cotidiana, de las herramientas que aprendas a usar a tu favor o incluso de la forma en la que te relacionas con otros, y quienes ya son líderes parecen haber encontrado la fórmula perfecta.
Habilidad para establecer prioridades y tomar decisiones
¿Tienes miles de pendientes y nunca terminas ninguno? Eso es porque no le das prioridad a las cosas que la merecen, lo que impide que tengas orden o que te concentres en lo que realmente importa.
Tienes que aprender a determinar qué es lo más urgente y qué puede esperar. Es importante también que aprendas a tomar decisiones, pensando en riesgos y beneficios, pero sin tomarte demasiado tiempo, ya que eso puede hacer que pierdas o ganes una oportunidad.
Delegar y ceder responsabilidades
Una parte importante de que logres cumplir tus responsabilidades (sin acabar con el burnout) es que aprendas a no hacer todo solo, incluso Musk y Bezos tienen personas de confianza con las que trabajan.
Delegar ayuda a que aproveches las habilidades de las personas con las que trabajas para que las cosas salgan lo mejor posible, además de que permite que te enfoques en las tareas más importantes que sí tienes que hacer por ti mismo.
Motivación (para ti y para otros)
Mantenerte motivado es lo que va a evitar que quieras rendirte o tirar la toalla antes de cumplir tus metas y objetivos, es esencial para que trabajes duro y para que no te levantes cada mañana sufriendo y con ganas de estar en otro lado. Pero no solo es para ti, si tienes un equipo, debes encontrar la manera de mantenerlos motivados también, esto para que trabajen con más ganas, tengan una mayor satisfacción y su productividad no se vea afectada por una mala actitud o la falta de ganas.
Saber cuándo renunciar o dejar ir
Claro que no debes renunciar solo porque algo es difícil, pero hay que aprender a renunciar a proyectos, oportunidades o actividades que no valen la pena, como algo que no te va a dar suficientes beneficios y te va a quitar tiempo de cosas más importantes.
No es darse por vencido, sino ser inteligente y reconocer cuando algo realmente no vale la pena (incluso puede ser algo que está afectando tu salud mental).
Sin miedo a los conflictos
Escapar de los conflictos o quedarte callado por no crear una discusión no te va a llevar a ningún lado, eso solo hace que pases desapercibido, que no seas escuchado y que nadie conozca tu opinión o si tienes algo valioso que aportar.
Un conflicto no necesariamente tiene que ser un pleito, simplemente es una situación en la que hay diferentes opiniones, y esa es tu oportunidad para demostrar que tienes algo bueno para ofrecer, y que tienen la capacidad de solucionar problemas sin depender de los demás.
Admitir tus errores (y aprender de ellos)
Los errores son oportunidades de aprendizaje, lo primero que tienes que hacer es aceptar que algo salió mal (eso ayuda a que los demás se sientan más conectados contigo y a que puedan aceptar los propios cuando sucedan), y el siguiente es dejar de darle vueltas al asunto y de obsesionarte con lo que pasó, en lugar de eso debes descubrir qué es lo que se puede mejorar y cómo se puede evitar cometer otro error en el futuro.
Networking
Es importante tener buenos contactos, aliados y amigos (dentro y fuera de la oficina). Nunca sabes quién puede darte tu próxima oportunidad, así que es mejor ser un poco más social, acercarte a las personas y rodearte de quienes realmente te ayuden a crecer como persona y en el ambiente de trabajo.