El primer ministro británico Rishi Sunak, repite una y otra vez este miércoles sus “cinco promesas” a los ciudadanos británicos. Tiene unos buenos propósitos para este año, como es atacar los problemas económicos que atraviesa Reino Unido, acabar con la crisis sanitaria del país y cambiar la legislación para frenar la llegada de inmigrantes ilegales en patera a través del canal de La Mancha.
“Inflación a la mitad; crecimiento de la economía; reducción de la deuda; menos listas de espera; y fin de las pateras [con inmigrantes irregulares]”. Una y otra vez repetía el primer ministro una cantinela que se detalla en estos cinco compromisos:
Primera promesa. Reducir la inflación a la mitad antes de que acabe el año. El consenso de los expertos señala que el pico se alcanzó el pasado octubre, con el 11.1%, Y comenzó a descender en noviembre, cuando se situó en el 10,7%. El propio Banco de Inglaterra cuenta ya en sus previsiones con que a mitad de años, gracias a cierto relajo en los precios de la energía, la inflación se reduzca considerablemente.
Segunda promesa. Que la economía británica, ya en recesión y con el peor resultado a la vista de los países del G-7, comience a crecer a finales de 2023. Algunas instituciones, como las Cámaras de Comercio Británicas, ya anticipan que se producirá esa subida en el primer trimestre del año.
Tercera promesa. Reducción de la deuda pública. Sunak no pone fecha ni porcentaje concreto, y se limita a reiterar la senda apuntada a finales del año pasado por su ministro de Economía, Jeremy Hunt, cuando tuvo que presentar un plan fiscal urgente de subida de impuestos y recorte de gasto público para tranquilizar a los mercados y recuperara la credibilidad internacional del Reino Unido.
Cuarta promesa. Reducir las listas de espera del Servicio Nacional de Salud. Los expertos señalan que el NHS (en sus siglas en inglés) vive la mayor crisis de su historia. Más de siete millones de personas esperan una respuesta para obtener consulta, diagnóstico y tratamiento. Hay 12.000 camas ocupadas por pacientes a los que se podría dar el alta si tuvieran la necesaria atención a domicilio o en centros de mayores. Faltan miles de médicos y casi 30.000 enfermeros. El servicio de ambulancias está en huelga. Los enfermeros están en huelga. Y Sunak, incapaz de concretar fecha o cantidad en la solución del problema, camufla con buenas palabras su escasa voluntad de negociar subidas salariales. “Hay muchas cosas de las que podemos hablar, y confío en llegar a una solución. Pero esas conversaciones deben basarse en planteamientos razonables y asumibles. Una subida del 19% —los sindicatos reclaman el IPC más cinco puntos— no es asumible. No creo que nadie piense que lo es”, advertía el primer ministro, que reiteraba además su intención de endurecer las leyes para reforzar los servicios mínimos.
Y quinta promesa. Nuevas leyes, este mismo año, para acelerar la devolución o deportación de inmigrantes irregulares. La misma promesa que ya anunció a mediados de diciembre el primer ministro, sin concretar cuándo finalizará la ley su trámite parlamentario y sin admitir que políticas de ese estilo se enfrentan siempre a un camino lleno de baches y obstáculos en los tribunales.
“Os garantizo que vuestras prioridades serán mis prioridades. Prometo ser honesto con todos los desafíos a los que nos enfrentamos. Tomaré todas las decisiones necesarias, por duras que sean, para que nuestro gran país desarrolle su enorme potencial. Solo prometeré lo que pueda cumplir, y cumpliré lo que prometa”, ha anunciado Sunak, en el primer discurso en que ha tenido ocasión de plasmar su visión política general, después de un inicio accidentado de mandato, y a dos años escasos de las próximas elecciones generales.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.