El primer paso hacia las elecciones anticipadas en Portugal se ha dado esta tarde en la Asamblea de la República, donde se tumbaron los Presupuestos del Estado para 2022 con el rechazo de la derecha y de la izquierda. El primer ministro, António Costa, solo logró sumar cinco abstenciones a los 108 votos afirmativos del grupo socialista, insuficientes frente a los 117 votos negativos de la oposición, un conjunto heterogéneo de siete formaciones que abarcó desde el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista de Portugal (PCP), antiguos aliados de Costa, a la extrema derecha del Chega. Finalmente no hubo fugas en las filas del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha, principal fuerza de oposición), cuyos 79 diputados votaron en contra. Incluidos los tres parlamentarios de Madeira, que el martes se ofrecieron a negociar su apoyo al Gobierno a cambio de medidas para la región autónoma.
Antes de la votación
En su última intervención en la Cámara antes de la votación, António Costa reconoció que el rechazo de sus antiguos socios es “una derrota personal” que le causa frustración. “Nací a la izquierda, fui criado en la izquierda y la izquierda es mi familia. Creo que tiene lo esencial para construir el futuro y que no está condenada a la protesta”, defendió antes de censurar los efectos políticos que tendrá la votación. “Lo último que precisa Portugal es esta crisis y en estas circunstancias”, lamentó.
Acaso el titular que mejor resume el estupor que ha causado una crisis política que casi nadie vislumbraba hace un mes lo dio el martes Inês Sousa Real, la líder de Pessoas-Animais-Natureza (PAN), la única formación que se abstuvo esta tarde junto a dos diputadas no adscritas: “Unir una crisis presupuestaria a una crisis sanitaria sin precedentes es de lo más irresponsable, y tiene consecuencias reales para la vida de las personas y para el futuro del país”. Su vehemencia en la defensa del Presupuesto fue correspondida con similar energía desde la bancada socialista, que la interrumpieron con aplausos en varias ocasiones. “Hacer oposición no es solo estar en contra”, proclamó.
Intercambio de reproches entre socialistas y bloquistas
La sesión de este miércoles constató lo poco edificantes que son los divorcios. Tras seis años de complicidad entre la izquierda, los reproches más amargos se intercambiaron entre socialistas y bloquistas. Entre quienes la distancia viene agrandándose desde 2019.
Si esta mañana la líder parlamentaria socialista, Ana Catarina Mendes, acusó al BE de falsear y mentir en su relato sobre las negociaciones presupuestarias, el jefe del grupo parlamentario del Bloco, Pedro Filipe Soares, recriminó la “arrogancia” del Gobierno, al que acusó de permitir una crisis política para mantener las medidas laborales adoptadas por la troika. “Estos Presupuestos no tienen nada de izquierdas”, espetó en la sesión de tarde la líder del Bloco, Catarina Martins, que reprochó a Costa que no hubiese llevado nada nuevo al debate parlamentario. En su intervención, su líder Rui Rio describió un panorama económico desolador y acusó al Gobierno de estar “desde el inicio de la pandemia a la espera del milagro europeo”.
La disolución del parlamento
Será ahora el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, quien deberá decidir si disuelve el Parlamento y convoca elecciones o permite la continuidad del Gobierno de António Costa, debilitado políticamente por la derrota de hoy y maniatado económicamente por la prohibición de que el gasto mensual en 2022 supere la duodécima parte del presupuesto ejecutado en 2021. A pesar de esto Costa ha afirmado que no dimitirá por responsabilidad. Y los mismos partidos de la izquierda que han tumbado sus presupuestos han expresado su rechazo a la convocatoria electoral y han defendido que se permita al Ejecutivo socialista tiempo para elaborar un nuevo presupuesto.
Todas las declaraciones realizadas por Rebelo de Sousa hasta ahora apuntan al anticipo electoral, aunque antes de tomar una decisión realizará una ronda de consultas con partidos, agentes sociales y el Consejo de Estado. Los contactos comenzarán hoy mismo con el primer ministro y el presidente de la Asamblea de la República, Eduardo Ferro Rodrigues. Desde que se disuelva la Cámara, la ley obliga que las elecciones se celebren entre 55 y 60 días más tarde. Si Rebelo de Sousa aprueba la disolución la próxima semana, la campaña y los comicios caerían de lleno en las fiestas navideñas. En sus declaraciones a la prensa esta tarde, Rebelo de Sousa rehusó desvelar cuál será su decisión final y consideró “un tiempo perdido” el periodo que Columna Digital pase sin cuentas públicas. “Yo preferiría que hubiese Presupuestos del Estado, pero la decisión soberana es de la Asamblea”, comentó.
Elecciones del país y primarias del PSD
La crisis que no se vio venir ha descolocado a casi toda la clase política, que parece abocada a una cita electoral a mitad de legislatura. En este terreno movedizo el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha sido cuestionado por recibir en audiencia el martes al aspirante a liderar el PSD, el eurodiputado Paulo Rangel. A su llegada esta mañana a la Asamblea, Rui Rio, actual presidente del partido de centro-derecha y candidato a la reelección, censuró este encuentro, que conoció por la prensa: “Tengo el máximo respeto por el Presidente de la República, pero no es mínimamente aceptable que el Jefe del Estado reciba a un potencial candidato”. Y añadió: “Si hubiesen tratado sobre las legislativas y las primarias del PSD, estaríamos condicionando al país a las primarias de un partido”.
La votación interna del PSD
Está prevista para el 4 de diciembre, lo que forzaría al partido a asistir a una extraña convivencia entre dos candidatos (Rio y Rangel) que tendrían que realizar a la vez dos campañas, la interna por el liderazgo y la externa para disputar la victoria al Partido Socialista. Si no se modifica el calendario congresual fijado para enero, cabría la posibilidad de que las elecciones portuguesas se celebrasen antes de que el PSD, la alternativa al Gobierno de Costa, eligiese a su nueva dirección. Para evitar esto Paulo Rangel ha reunido firmas para celebrar un congreso extraordinario que permita adelantar a diciembre la renovación en la cúpula del partido.