Pasaron a dominio público las obras de 174 autores españoles, este enero del 2023, entre ellos las obras de Miguel Hernández quien falleció en 1942, que, de acuerdo con la Ley de Propiedad Intelectual que establece un plazo de 70 años para que expiren los derechos de autor, aplica con fallecidos antes de 1987 y el autor de la obra hernandiana falleció en el 1942. La familia de Hernández dejará de percibir estos derechos de autor por las ventas de su obra y ahora serán parte del dominio público.
“Esto va a permitir hacer más visible y universalizar la obra de Miguel Hernández, que es el objetivo que nos marcamos cuando adquirimos el legado hernandiano en 2013″, señala Francisco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén. Esta institución pagó hace una década tres millones de euros por los más de 5.600 registros, entre manuscritos, poemas y otros documentos, del poeta de Orihuela. Dos años antes, en 2011, el Ayuntamiento de Elche rescindió el contrato por el que se comprometía a pagar durante 20 años 150.000 euros anuales para poner en marcha la Fundación Miguel Hernández y 7.000 euros mensuales para la familia en concepto de cesión del legado.
Desde entonces, el legado se custodia, totalmente digitalizado, en las instalaciones del Instituto de Estudios Giennenses (IEG), y otra parte en el Museo Miguel Hernández—Josefina Manresa, de Quesada (Jaén), la localidad de donde era natural la esposa del poeta alicantino, Josefina Manresa, la principal guardiana de la obra hernandiana.
No pocas fueron las críticas que en su día recibió la Diputación de Jaén cuando decidió adquirir el legado a los herederos de Miguel Hernández. “Nos decían que éramos unos malos empresarios por invertir tres millones en una obra que luego iba a ser digitalizada y, por tanto, abierta a todo el mundo”, recuerda Reyes, para quien el objetivo principal de esa adquisición no fue otro que abrir al acceso universal la obra del autor de Viento del pueblo o Nanas de la cebolla.
Con todo, la buena relación mantenida desde entonces ha permitido que los herederos del poeta cediesen de manera gratuita el poema Aceituneros, convertido en himno de la provincia de Jaén o, más recientemente, autorizasen la edición de Cien poemas de amor. “La poesía de Miguel Hernández es radicalmente amorosa, una poesía que comulga con la naturaleza conmovida por las hondas vetas de la pasión humana”, ha escrito José Luis Ferris, autor de esta recopilación de la poesía amorosa de Miguel Hernández. Además, fruto de un convenio con el Instituto Cervantes, este mes se va a estrenar la colección que une al poeta alicantino con la obra de autores latinoamericanos. El primer libro estará dedicado al poeta José Rizal, un icono cultural de Filipinas.
Los derechos que se extinguen al pasar la obra al dominio público son los de contenido económico y los herederos solo podrían continuar siendo beneficiarios en el caso de existir una obra inédita, ya que esta gozaría de protección durante 25 años desde su publicación a favor de la persona que lleve a cabo la misma. No obstante, la consideración de dominio público abre nuevas expectativas sobre la aparición de nuevas publicaciones.
El nombre de Miguel Hernández figura en la lista que la Biblioteca Nacional acaba de publicar con los nombres de autores y títulos españoles que han pasado este 2023 a ser de dominio público. Junto al poeta de Orihuela aparecen otros como Eustaquio Jiménez (hermano de Juan Ramón Jiménez y alcalde de Moguer), el escultor y dibujante Julio González —quien en 1899 se trasladó a París para colaborar con Picasso—, la escultora Julia Casagemas —una de las primeras autoras de ópera en España, hermana de Carlos Casagemas, pintor también amigo de Picasso— o el médico otorrino inventor de la asueroterapia —una intervención sobre el nervio trigémino—, Fernando Asuero.
En el ámbito internacional, según recoge la web Public Domain Day, también quedan libres de derechos obras de Virginia Woolf —Al faro—, Ernest Hemingway —la colección Hombres sin mujeres— o William Faulkner —Mosquitos—. En el ámbito musical, se libera Puttin’ on the Ritz, de Irving Berlin, que alcanzó popularidad gracias a la película El Jovencito Frankenstein.
También pasan a ser dominio público títulos representativos del cine, como es el caso de la obra futurista de Fritz Lang Metropolis o el personaje creado por Arthur Conan Doyle, el detective Sherlock Holmes.
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