En el año 2024 se conmemoran 150 años desde que el impresionismo surgió como un movimiento artístico revolucionario que cambió la historia del arte para siempre. Este estilo pictórico, que se desarrolló en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX, fue inicialmente visto como una forma de expresión radical y poco convencional.
Los artistas impresionistas, conocidos como “los parias de la pintura”, se alejaron de las normas tradicionales de la academia y buscaron plasmar en sus obras la espontaneidad y la fugacidad de la luz y el color. En lugar de retratar escenas idealizadas o históricas, prefirieron capturar la vida cotidiana, los paisajes urbanos y las impresiones visuales del momento.
A pesar de que en sus inicios fueron rechazados por la crítica y el público, con el tiempo el impresionismo se consolidó como uno de los movimientos artísticos más influyentes de la historia. Sus técnicas innovadoras y su enfoque en la representación de la realidad de manera sincera sentaron las bases para el desarrollo de las vanguardias artísticas del siglo XX.
Hoy en día, la influencia del impresionismo puede apreciarse en numerosas obras de artistas contemporáneos y sigue siendo una fuente de inspiración para muchos creadores. Su legado perdura en la historia del arte como un hito que marcó un antes y un después en la forma de concebir y representar el mundo a través de la pintura.
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