Lo que se configura como una dura crítica hacia el sistema del fútbol mexicano se escuchó claramente en la voz del presidente de Leones Negros, Alberto Castellanos. Durante una reciente conferencia de prensa, donde solo se contó con la presencia de un puñado de dirigentes de la Liga de Expansión MX, Castellanos expuso su descontento sobre la situación actual del ascenso a la Primera División.
“Estamos hablando de una simulación, un proceso que se presenta como formal pero en realidad es una trampa”, sentenció Castellanos, refiriéndose al proceso de certificación que deben seguir los clubes del Ascenso. Enfrentando la opacidad de los criterios impuestos e inexistentes, el dirigente no dudó en culpar a la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y a los propietarios de los clubes de la Liga MX por perpetuar un sistema desfavorable.
El presidente recordó que en 2020 se suspendió el ascenso con la promesa de que dicho parón se extendería por seis temporadas. Un acuerdo que permitió la aceptación de la decisión por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Sin embargo, tras el cumplimiento de ese plazo, Castellanos sostiene que ahora se evidencia una falta de seguimiento respecto a lo pactado, sugiriendo que hay una intención de evadir compromisos.
La introducción de un comité de certificación en 2022 ha sumado más leña al fuego, puesto que se conformó sin la consulta necesaria a los equipos de la Liga de Expansión. “Nos imponen requisitos que ni los clubes de Primera cumplen, y cuando logramos cumplirlos, se nos niega la certificación argumentando pretextos absurdos”, dijo, aludiendo a varios equipos como Atlante y Morelia, quienes también han padecido las estrictas medidas.
Uno de los dardos lanzados por Castellanos fue hacia Mikel Arriola, comisionado presidente de la liga, a quien acusó de centralizar el poder en demasía y actuar en favor de la Liga MX, dejando de lado los intereses de los equipos de la Liga de Expansión. A pesar de la crítica al sistema, Castellanos reconoció el papel positivo del anterior comisionado, Juan Carlos Rodríguez, quien evitó la injerencia de la Sub-23 en el fútbol profesional.
Con firmeza, Castellanos dejó claro que su lucha no es por reinterpretar reglas, sino por exigir un regreso al derecho al ascenso basado en el mérito deportivo, enfatizando que la resolución del TAS es vinculante y exige su restablecimiento.
Frente a la posibilidad de perder financiamiento, los clubes que apoyan esta posición han decidido mantenerse firmes en sus demandas. “Iremos hasta las últimas consecuencias”, aseveró Castellanos, reiterando su deseo de un fútbol más equitativo.
Este posicionamiento refleja una voz que clama por cambios necesarios en el balompieso mexicano, mientras sugiere que los tiempos de lucha por la igualdad y la transparencia están lejos de concluir. La situación actual sigue generando tensiones que pueden modificar el paisaje del fútbol en México.
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