En un reciente hecho alarmante, los limoneros en México se han visto obligados a ceder a las amenazas del crimen organizado. Según informes, estos agricultores han aceptado un aumento en el llamado “cobro de piso”, una práctica ilegal en la cual los delincuentes extorsionan a los comerciantes y productores a cambio de protección.
La situación es preocupante, ya que los limoneros se ven obligados a pagar grandes sumas de dinero para evitar represalias violentas. Este aumento en el cobro de piso impactará directamente en los costos de producción y, consecuentemente, en los precios del limón para los consumidores finales.
Esta problemática evidencia el poder y la influencia del crimen organizado en algunas regiones de México. A pesar de los esfuerzos del gobierno por combatir la delincuencia, parece que estos grupos ilegales siguen teniendo el control en ciertos sectores de la sociedad, aprovechando la vulnerabilidad de los productores y comerciantes.
La aceptación de este aumento en el cobro de piso por parte de los limoneros es una muestra clara de la falta de seguridad y protección que enfrentan en su día a día. Este acto de sumisión refleja la desesperación y la impotencia de los agricultores frente a un enemigo poderoso y violento.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para brindar seguridad y protección a los limoneros y a todos los sectores productivos afectados por la presencia del crimen organizado. La lucha contra la delincuencia debe ser una prioridad para garantizar la tranquilidad y el desarrollo económico de las comunidades afectadas.
(Columna Digital)
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