La literatura, según las reflexiones del autor argentino Gastón García Marinozzi, está intrínsecamente ligada al concepto de tránsito. En su novela Instrucciones para matar al padre, aborda temas profundos como la migración, la paternidad y la orfandad, que son centrales en su obra y en sus intereses como creador.
García Marinozzi sostiene que el acto de viajar —ya sea físico, emocional o temporal— es esencial tanto para la creación literaria como para la experiencia de lectura. Para él, cada historia y personaje que crea está en un constante movimiento. Atraído por las voces de otros escritores como Pitol y Piglia, el autor considera que es crucial en la escritura deshacerse del sentimiento nacionalista y buscar nuevas narrativas en diversos contextos.
Un punto de interés es su referencia a Jorge Luis Borges, quien, a pesar de no haber viajado más allá de su biblioteca, logró tejer las más fascinantes historias. Este contraste destaca la dualidad de la experiencia literaria: la necesidad de moverse para algunos, mientras que otros encuentran en la introspección una forma igualmente valiosa de conexión con el mundo.
El autor afirma que escribir no es simplemente un reflejo de la época en la que se vive, sino que también se configura a partir de ella. La relación entre escritor y lector es fundamental; un libro solo cobra sentido en el diálogo que se establece entre ambos. En tiempos recientes, temas como la paternidad han cobrado especial relevancia, y García Marinozzi abre un espacio para discutir sus matices y realidades contemporáneas.
Aprovecha también la teoría freudiana de "matar al padre" para hablar sobre la orfandad, un concepto que establece como un paso hacia la madurez y la independencia. Este acto no solo es simbólico, sino que implica una liberación necesaria para crecer y vivir auténticamente. Su obra, a través de alusiones históricas y míticas, como la figura de Eneas —a quien considera el primer migrante—, pone de manifiesto la lucha constante del ser humano por sobrevivir y encontrar un lugar en medio del caos.
La narrativa de García Marinozzi no se limita a explorar el acto de "matar al padre", sino que se adentra en la complejidad de las relaciones familiares, la patria y el crecimiento personal. Con una perspectiva crítica, el autor señala la migración, un tema controvertido y lleno de tensiones sociales, especialmente en un contexto global marcado por el odio y el rechazo hacia los migrantes.
El impacto de las crisis migratorias —observadas a través de diversas tragedias contemporáneas— es una preocupación que resuena en sus obras, pues destacar las historias de quienes cruzan fronteras es una forma de recordar la humanidad detrás de los números. La literatura, entonces, se convierte en un refugio y un espejo, donde cada lector puede verse reflejado en los desafíos de la existencia.
Con una mirada hacia el futuro, García Marinozzi advierte sobre la creciente polarización en torno a la migración, haciendo eco de la necesidad de empatía y comprensión en tiempos turbulentos. En este sentido, su obra se convierte en un llamado a la reflexión y a la conexión humana, en un mundo que a menudo parece olvidar la historia compartida de la travesía y el desarraigo.
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