Por Juan Carlos Sánchez Magallán
El hiperactivismo laboral del canciller Marcelo Ebrard lo llevó la semana pasada a San Luis Potosí y Sonora. Con los empresarios potosinos sostuvo reuniones de trabajo relacionadas con la transición de la industria automotriz en nuestro país y su futuro desarrollo; el canciller Ebrard celebró la nueva inversión de BMW Group en la producción de vehículos eléctricos que usan tecnología de última generación del siglo XXI, ahí informó que existen 400 empresas en lista de espera, buscando lugar dónde instalarse; adicionalmente, informó que la empresa de autos eléctricos Tesla, propiedad del magnate Elon Musk, tiene interés de invertir en México, instalando una planta en la ciudad de Monterrey o junto al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
A Puerto Peñasco, Sonora, llegó acompañado de 137 invitados especiales procedentes de 180 países, así como de 25 organismos internacionales para mostrar el Proyecto Sonora, planta de energía solar que será la más grande de América Latina y la octava en el mundo, bajo la idea de atraer más y mayores inversiones al país.
De esta manera, México cumplirá con sus compromisos ambientales internacionales, la Agenda 2030 de desarrollo sostenible de la ONU y de la COP27 de generación de energías limpias, al pasar de 22 a 35 por ciento en la reducción de generación de gases de efecto invernadero, para mejorar la calidad del aire, con una inversión de 48 mil millones de dólares.
Por ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó en su conferencia mañanera que Estados Unidos tiene una gran planta automotriz en Arizona, donde instalará otra de microprocesadores o chips, que serán abastecidos con energía renovable del recién inaugurado Parque Solar de Puerto Peñasco y con baterías producidas con el litio mexicano ellos tendrán sus chips para su industria automotriz y con nuestra energía renovable de los parques solares se dará abasto a las plantas que instalarán para la fabricación de todos los eslabones de la cadena productiva y de valor. Así, nuestro país se inserta en la producción mundial de este mineral con la explotación de tres yacimientos en Baja California, San Luis Potosí y Zacatecas.
El Presidente aseguró que el litio no será privatizado, permitiéndose realizar contratos para empresas especializadas en su extracción. El litio, como el petróleo, es un recurso mineral de la nación, no se pueden privatizar, Australia logró 45 mil toneladas; Chile, 19 mil 300; China, 10 mil 800; Argentina, 6 mil 300; Brasil, 2 mil 400; Zimbabue, mil 200; Portugal, 900 y Canadá, 200. Según US Geological Survey, Mineral (USGS), datos de la Fundación para el Desarrollo de la Minería (Fundamin), el triángulo del litio, integrado por Argentina, Bolivia y Perú, posee más del 85% de las reservas mundiales de este mineral. En contrasentido, un informe de la revista especializada Iluminen señala que los inversores chinos controlan varias empresas mineras concentrando 33.1% de la producción mundial. Su uso en la fabricación de pilas, chips y microcomponentes ha provocado que su precio por tonelada se incrementara de 450 dólares en 2003, hasta 65 mil dólares en 2022.
El llamado oro blanco también se usa en la producción de baterías recargables para smartphones, computadoras portátiles, cámaras digitales, autos eléctricos, marcapasos, juguetes, relojes, chalecos antibalas, bicicletas, trenes de alta velocidad, en naves espaciales y submarinos para depurar el aire que se respira.
Asimismo, el litio tiene un papel biológico, su uso bajo prescripción médica se emplea en el tratamiento de la manía, la depresión, la bipolaridad, así como en otras psicopatologías. Por ello, en este siglo XXI se le llama oro blanco al litio. ¿O no, estimado lector?
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