Roma tendrá un alcalde socialdemócrata siete años después de que el último, Ignazio Marino, tuviera que dimitir por un escándalo de supuesta corrupción. Roberto Gualtieri, exministro de Economía del Partido Democrático y exeuroparlamentario, ocupará el sillón de presidencia de la Junta de la Asamblea de Roma. Sustituirá a Virginia Raggi, punta de lanza del ascenso del Movimiento 5 Estrellas (M5S) hace cinco años y claro reflejo del fracaso del partido anticasta en el difícil paso de la protesta a gobernar las instituciones.
La izquierda culmina con Roma
Un resultado excelente en las elecciones municipales, donde se asegura el mando de las cinco principales ciudades de Italia (Roma, Milán, Turín, Bolonia y Nápoles) en los próximos cinco años. La exigua participación en esta segunda vuelta —se ha votado durante la jornada de domingo y lunes hasta las 15.00 horas— deja la nota más amarga de estos comicios, la última gran prueba de fuego antes de las generales de 2023.
La capital de Italia, según las primeras proyecciones tras el cierre de las urnas, aporta la imagen más nítida de la situación política del país. Tras cinco años de Gobierno de Raggi, que supuso el comienzo del ascenso en las instituciones del Movimiento 5 Estrellas, el PD recupera el pulso perdido entre su electorado.
La rotunda victoria en la segunda vuelta ante el candidato de la derecha, Enrico Michetti, relanza al partido que dirige hoy Enrico Letta y lo convierte de nuevo en el muro ante el avance de los últimos años de los populismos de ultraderecha en Italia. Michetti —que fue el candidato elegido por la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, para liderar la coalición de derechas en Roma— deja en un aprieto a su patrocinadora. Este problema se añade al del fracaso de Milán: el actual alcalde, Giuseppe Sala, arrasó en la primera vuelta al candidato designado por Matteo Salvini.
Trieste es la única gran ciudad que todavía sigue en el aire
La derecha confiaba, al menos allí, obtener una victoria clara. Pero el candidato socialdemócrata ha remontado en la segunda vuelta y amenaza con dejar para la historia un catastrófico resultado para la coalición que forman Hermanos de Italia, la Liga y Forza Italia: 6-0. La victoria en la capital de la región de Friuli Venezi Giulia deja al PD en una posición de fuerza importante ante un horizonte sin grandes citas electorales hasta los comicios generales de 2023.
La participación ha sido la peor noticia de esta segunda vuelta. Ciudades como Turín han marcado su peor registro histórico, con un 42% de afluencia a las urnas. Pero el dato general habla también de un votante medio de derechas que se ha quedado en casa en esta segunda vuelta —los distritos en Roma con más participación son de los feudos de la izquierda— que, en unas elecciones generales, podría volver a ser más activo.
Roma, donde la izquierda se impone con claridad, será una gran prueba de gestión para su nuevo alcalde y la demostración de fuerza del PD para exhibir su capacidad de administracion de una ciudad que parecía ingobernable en los últimos años. La capital de Italia, segunda ciudad con mayor extensión de Europa (1.285 kilómetros cuadrados), un monstruo con una densidad poblacional baja y una exigua recaudación de impuestos, atraviesa gravísimos problemas estructurales desde hace décadas. Los temas principales siguen siendo la fallida recogida de basuras (8.000 trabajadores), unos transportes obsoletos, un mantenimiento de la vía pública deficiente o la acumulación de retrasos en los servicios públicos (la media para enterrar a un familiar llegó a ser de 35 días en el mes de abril). Los jabalíes campan a sus anchas por las calles de algunos barrios.