Por Carlos Aguilera Rue
Cuauhtémoc Blanco Bravo fue durante seis años criminalmente desafiante.
Iracundo y ortodoxo, el popular ex futbolista cometió y omitió tantos errores que deja durante su gobierno en Morelos una estela de muertes, desvíos y dudas, que pone a la entidad en una grave crisis económica, política y social, para los próximos seis años.
Por más que pudo haber sido solapado por el actual gobierno de Margarita González Saravia en Morelos, hay asuntos como el desvío de recursos económicos, la mafia de funcionarios carcelarios y las “raterías” en transportes, que no pueden ser cubiertos. Sin embargo, “el cuau”, ya se encuentra protegido por la Constitución Mexicana, atrincherado en el Congreso de la Unión como diputado federal, no así sus huestes quienes podrían ir a prisión en cualquier momento.
A unos minutos de haber dejado Palacio en el estado de Morelos, el reconocido y famoso futbolista es “linchado” por los medios de comunicación, por su actitud y actuación como Jefe del Ejecutivo morelense, lo llevan a la barandilla y al escarnio público sin limitaciones, y sin el mayor pudor. Cuauhtémoc Blanco fue acusado de incapaz desde el inicio de su gobierno y aun así concluyó su periodo de seis años regocijado en un cúmulo de errores fatídicos para la población.
Cuauhtémoc Blanco no es culpable. Los responsables son aquellos que lo crearon y que lo hicieron creer que tenía la capacidad de gobernar un estado. Durante su administración y con su seño de enojo permanente, el tepiteño no tenía la capacidad, ni siquiera de hilar dos palabras juntas durante sus intervenciones en público y menos tenía la conciencia de qué es lo que verdaderamente sucedía en los municipios, ciudades y pueblos de Morelos, y las necesidades de sus habitantes. El solo sabía lo que su equipo cercano le informaba. O más bien, lo que ellos le querían informar.
Violento, amenazante e insufrible, Cuauhtémoc se encuentra hoy “legislando” para un país que menos conoce. En Morelos deja un terrible escenario, político económico y social. El “gober” provocó una tremenda herida en la sociedad que vive en este estado. El campo abandonado, desempleo, crisis en el transporte público y muchas dudas sobre su ejercicio como administrador y velador de la paz.
Solo hay que mirar al sistema carcelario y su “fuente” de millonarios negocios diarios, en agravio de los internos y sus familias, quienes tienen que pagar semanalmente hasta 500 pesos por preso para subsistir en ese sótano se desolación y violencia.
Individualista y victimizado como en la cancha de futbol, Cuauhtémoc Blanco no deja los reflectores y hoy es acusado por una mujer, al parecer su media hermana, de intento de abuso sexual.
Desde su nueva trinchera, en el Congreso de la Unión, Blanco Bravo observa como se derrumba el estado de Morelos por sus indecisiones y malos manejos, sin embargo, él se encuentra a salvo debido a su fuero constitucional que lo protege y serán sus subordinados, quienes contengan jurídicamente las acusaciones, por lo que podrían, ellos sí, ir a prisión.
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