El empresario más rico y el político con más poder en México han llegado a un acuerdo tras la tragedia en el metro de la capital, que dejó 26 personas muertas y decenas lesionadas. Carlos Slim, dueño de Grupo Carso, el consorcio que construyó el tramo que se cayó el pasado 3 de mayo, asumirá los costos de la reconstrucción de la Línea 12. El pago, sin embargo, no implica una admisión de culpa y el empresario sostiene que la obra estuvo bien construida y no quiere que se le señale como responsable del derrumbe.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha eludido la polémica con uno de los principales contratistas de su Gobierno y ha agradecido el compromiso del magnate, con quien se reunió dos veces en el Palacio Nacional en siete días, la última el martes. “Independientemente de si estuvo bien o mal construido el metro”, ha dicho este miércoles el mandatario, “él va a pagar todo”.
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López Obrador ha buscado que la atención mediática se centre en la promesa de que la Línea 12 vuelva a funcionar a más tardar en un año y no, en la reticencia de Slim de ser señalado. La tragedia ha trastocado el entorno más próximo del presidente. Los primeros resultados de los peritajes apuntaron a fallos constructivos como el detonante del siniestro, lo que puso bajo escrutinio a Slim y a Marcelo Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores y exjefe de Gobierno de Ciudad de México, que inauguró la obra en octubre de 2012.
El mandatario ha tomado el bastón de mando para asumir la gestión de la crisis y reducir la exposición mediática de Claudia Sheinbaum, al frente del Gobierno de la capital y una de las principales candidatas a sucederlo. “Lo más importante es que se rehabilite la línea y que él está dispuesto a hacerlo”, ha zanjado López Obrador.