El presidente de México, López Obrador, ha decidido cortar todo diálogo con el gobierno de Ecuador, y dejar en manos de la ONU el futuro de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Esta decisión se produce después de que el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, violara los derechos humanos durante las protestas del pasado octubre, en las que se arrestó a más de 10.000 personas. A pesar de las críticas internacionales, Moreno mantuvo su postura de violencia y reprimió a los manifestantes.
En respuesta, López Obrador declaró que no permitiría que México mantuviera relaciones con un gobierno represivo que viola los derechos humanos. Por lo tanto, decidió dejar en manos de la ONU el futuro de estas relaciones, y llamó a la coalición internacional para que se pronunciara contra la violencia en Ecuador y para que apoyara al pueblo ecuatoriano.
La decisión de López Obrador ha sido aplaudida por organizaciones de derechos humanos internacionales, que han calificado esta declaración como un ejemplo para todos los líderes mundiales. También se ha pedido al gobierno ecuatoriano que cese la represión y libere a todos los presos políticos.
La postura de López Obrador en esta crisis diplomática refleja su compromiso con los derechos humanos y su rechazo a la violencia y la represión política. Este es un recordatorio importante de que los líderes mundiales deben estar siempre comprometidos con la justicia y la democracia, y deben prestar atención a las violaciones de derechos humanos en todo el mundo.
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