Ya se siente como el día 90 de enero es el mes perpetuo que la mayoría de las sociedades fijan al comienzo de cada año, y existe una explicación científica para ello.
No, no estás loco. Por alguna razón, es normal despertarse durante unos días y no ver el cambio de mes en el calendario. Los días se ralentizan y las emociones apresuradas desbordan la rutina, lastrando el comienzo del año.
Es cuestionable por qué enero duró tanto, pero los expertos en el tema han llegado a conclusiones científicamente comprobadas.
Las fiestas decembrinas terminaron
El cerebro funciona como un neurotransmisor involucrado en el comportamiento, la actividad motora, la cognición, la motivación, el sueño, el estado de ánimo y el aprendizaje.
Esto significa que depende de tu condición y de cómo percibas el clima. De hecho, cuando te sientes feliz en una fiesta con amigos y familiares, liberas grandes cantidades de dopamina, una sustancia asociada a la motivación.
Al final de estos momentos felices, tienes que volver a la realidad y aceptar continuar con tu trabajo diario.
La ciencia lo comprueba
Zhenguang Cai, experto en percepción del tiempo y doctor en psicología experimental, explica que volver al trabajo después de unos días de vacaciones navideñas puede resultar aburrido.
Esto se debe a que comparamos días enfocados en vacaciones versus días enfocados en compromisos y responsabilidades en el trabajo. Sin impulso, agrega peso y hace que los días de enero se sientan tan largos y lentos que el mes parece durar una eternidad.
Además, no hay puentes ni días festivos en enero, por lo que a muchas personas les resulta aburrido.
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