El proceso contra los exjefes del espionaje serbio durante la guerra de los Balcanes, Jovica Stanisic y Franko Simatovic, llega este miércoles a su fin. En 2013, fueron absueltos de los cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad. Como coautores de una empresa criminal conjunta para expulsar a la mayoría de la población de otras etnias de amplias zonas de Croacia y Bosnia Herzegovina.
En 2015, los jueces de apelación ordenaron que se repitiera el juicio porque el fallo en primera instancia no interpretó bien el concepto de complicidad para cometer un delito. Este miércoles a las tres de la tarde, está previsto que el tribunal de La Haya dicte su veredicto final contra Stanisic y Simatovic.
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Juzgados primero por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) -cerrado en 2017- y después por el denominado Mecanismo Residual judicial, el órgano judicial encargado de cerrar los flecos de los juicios de los Balcanes, que será quien dicte este miércoles su veredicto, ambos procesados fueron dos de los hombres más poderosos de Serbia.
Jovica Stanisic dirigía la seguridad estatal, y la fiscalía lo presenta como uno de los colaboradores más leales de Slobodan Milosevic, el expresidente serbio fallecido en su celda en 2006.
El otro acusado, Franko Simatovic, alias Franki, niega la existencia de tropas especiales en el seno de la seguridad estatal. Durante las investigaciones, se demostró el vínculo entre dichos servicios secretos y varios grupos paramilitares que operaban en zonas controladas por Serbia en Croacia y Bosnia. Entre ellos, figuraban los Tigres de Arkan, Escorpiones y Boinas Rojas. En 1996, el propio Simatovic anunció en un discurso la formación de una unidad de operaciones especiales para “mantener la seguridad en todas las zonas étnicas”.