Los republicanos del Congreso de Texas han logrado aprobar este martes una reforma a las leyes electorales que restringe el derecho a voto. Los demócratas intentaron durante meses impedir que saliera adelante el proyecto de ley en el Capitolio estatal controlado por los republicanos. Ahora solo falta la firma del gobernador Greg Abbott, quien ya adelantó que respaldará la ley que prohíbe los centros de votación de 24 horas, impone nuevos requisitos para el voto por correo y endurece las condiciones para identificarse, entre varias medidas. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha calificado anteriormente la iniciativa como “un ataque a la democracia”.
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El proyecto de ley “solidificará la confianza en el resultado de nuestras elecciones al hacer que sea más fácil votar y más difícil hacer trampas”, sostuvo Abbott este martes en un comunicado después de la aprobación final del proyecto de ley en la Cámara de Representantes y el Senado estatal. Con esta reforma, Texas se suma a una campaña republicana para obstaculizar la votación en las elecciones bajo el argumento de aumentar la seguridad. Georgia, Florida y Arizona son algunos de la docena de Estados conservadores que han aprobado leyes restrictivas desde las elecciones presidenciales de 2020. Donald Trump continúa sacudiendo el fantasma de que los comicios que dieron como ganador a Biden fueron fraudulentos.
Los demócratas intentaron por varios medios impedir la votación. En más de una ocasión los congresistas abandonaron el Capitolio -y el Estado- para dejar a los republicanos sin el quórum necesario para aprobar los proyectos de ley respecto al voto. Los defensores de los derechos civiles también lideraron una campaña para frenar la reforma que, bajo su perspectiva, perjudica especialmente la participación de las minorías raciales y jóvenes en los procesos electorales. El proyecto de ley impide que los condados envíen papeletas de votación por correo si no las solicita el potencial votante, incluso a los mayores de 65 años, que califican automáticamente para votar por correo. También restringe los horarios de votación anticipada y el sufragio desde el vehículo.
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La población de Texas ha aumentado en más de cuatro millones en la última década, un incremento superior al de cualquier otro Estado. Las personas que no se identifican como blancas representan más de nueve de cada 10 nuevos residentes. Este grupo demográfico suele favorecer a los demócratas en las urnas.
El feudo conservador ya es uno de los Estados con las leyes más restrictivas para votar, pero el condado de Harris (el área metropolitana de Houston, con 4,6 millones de habitantes) se ha vuelto cada vez más demócrata. A ese territorio apunta la nueva normativa, acusan los del partido de Biden. En las presidenciales, cuando el condado de Harris registró un número récord de votación anticipada, el gobernador Abbott ordenó a la desesperada que dejaran solo un buzón para votar ahí en vez de los 12 estipulados. Una vez que se dio por ganador a Biden, el fiscal general de Texas interpuso una demanda para anular los resultados electorales de cuatro Estados clave en la derrota de Trump —Georgia, Míchigan, Pensilvania y Wisconsin—, pero el Tribunal Supremo la desestimó.