En España, la competencia entre las funerarias se ha vuelto feroz, y las malas prácticas están afectando a las familias que buscan despedir a sus seres queridos con respeto y dignidad. En un mercado cada vez más saturado, algunas funerarias han recurrido a prácticas deshonestas para aumentar sus ganancias.
Una de las formas en que las empresas funerarias están engañando a las familias es mediante el uso de contratos abusivos que incluyen cláusulas que les permiten cobrar tarifas extras por servicios que deberían estar incluidos en el precio. Además, algunas funerarias han sido acusadas de inflar los precios de los ataúdes y otros productos funerarios.
Otras prácticas poco éticas incluyen la toma de fotografías de los cadáveres sin el consentimiento de las familias, así como la realización de embalsamamientos y/o autopsias sin la debida autorización. Todo esto, sumado al dolor de la pérdida, provoca agravios en las familias y desconfianza en el sistema.
No obstante, algunas empresas están buscando cambiar la imagen de la industria funeraria a través de un enfoque más honesto y transparente. Algunas funerarias han adoptado medidas para garantizar que los clientes reciban servicios de alta calidad y tarifas justas.
Es importante que las familias tomen las medidas necesarias para protegerse de prácticas poco éticas e ilegales. Al hacerlo, pueden evitar el dolor y la frustración que vienen con la pérdida de un ser querido. Además, las empresas de servicios funerarios deben ser responsables y transparentes en sus prácticas para despejar la imagen desfavorable que algunos medios han generado.
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