La reciente elección de magistrados que conformarán la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) marca un punto de inflexión en la forma en que se gestionan los procesos electorales en México. Gilberto de Guzmán Bátiz García, quien asumirá la presidencia del tribunal, ha señalado que los nuevos magistrados estarán bajo un escrutinio público intenso, a medida que se acercan las elecciones judiciales de 2027. Este llamado a la responsabilidad refleja una creciente expectativa sobre la función de la justicia electoral en el país.
El magistrado enfatizó que la carga sobre sus hombros es considerable, y que el interés del público en sus decisiones es un componente esencial del ejercicio de sus funciones. En este sentido, Claudia Valle Aguilasocho, una de las nuevas magistradas, subrayó la necesidad de contar con instituciones fuertes y comprometidas. Ella argumenta que la fortaleza de estos organismos es crucial para mantener el rumbo democrático de México, así como para asegurar la aplicación de la ley y la protección de los derechos de todos los ciudadanos.
La aún presidenta del TEPJF, Mónica Aralí Soto Fregoso, no perdió la oportunidad de criticar a aquellos que habían pronosticado el fracaso de la reforma judicial. Durante la apertura del Encuentro Nacional de Magistraturas Electorales 2025, destacó los logros alcanzados por el tribunal en un contexto en el que se presentaban retos significativos. Soto Fregoso afirmó que el tribunal, al llegar con legitimidad, había trabajado conforme a los principios establecidos por la Constitución, destacando la importancia de haber superado las adversidades con éxito.
Al mencionar a las nuevas autoridades judiciales, la presidenta resaltó que su reciente elección no solo es un reflejo de la voluntad popular, sino también una parte del panorama de “buenos resultados” que el TEPJF sigue cosechando. Está claro que la organización y resolución de controversias derivadas de esta elección no solo son responsabilidades de quienes llegan, sino también del legado que todos los magistrados actuales buscan mantener y fortalecer.
Este contexto sugiere que el futuro del sistema electoral mexicano dependerá en gran medida de la manera en que los nuevos magistrados manejen su labor. Con la mirada atenta del público sobre ellos, la importancia de su papel en la salvaguarda de la democracia y la ley se vuelve más relevante que nunca. La historia se escribe ahora, y cada decisión contará en la construcción de un sistema más robusto y confiable.
Durante esta fase de transición en el TEPJF, es esencial que tanto los magistrados como la ciudadanía se comprometan a seguir la ruta del respeto a la legalidad y la inclusión, que son pilares fundamentales para el fortalecimiento de la democracia en México.
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