Matosas invertía su capital

La carrera del mediocampista Carlos ‘Gullit’ Peña ha sido un viaje lleno de altibajos, marcado por desvíos que han afectado su destacada trayectoria en el fútbol mexicano. A pesar de ser un exseleccionado nacional que brilló en equipos como León, su historia está también marcada por problemas extracancha que lo llevaron a perder el rumbo en su carrera.

En una reciente conversación con Yosgart Gutiérrez en su podcast “El RePortero”, Peña reflexionó sobre su paso por la desaparecida Liga de Balompié Mexicano, un capítulo que él mismo califica como el más oscuro de su carrera. Tras dejar la élite del fútbol mexicano, donde había dejado huella en León y se había posicionado como uno de los mediocampistas más prometedores, Peña se encontró en una situación difícil en el Club Veracruzano Fútbol Tiburón, donde, de acuerdo con sus palabras, vivió un fraude junto a sus compañeros.

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En este contexto, Peña rememoró su paso por el Club Veracruzano, donde a pesar de tener la oportunidad de participar en varios torneos, la experiencia resultó ser extremadamente problemática. Tras una etapa exitosa en León, donde llegó procedente de Pachuca, la llegada a equipos como Cruz Azul, Chivas y Necaxa mostró un descenso en su rendimiento. Finalmente, su paso por el Ascenso con Correcaminos se sintió como un retroceso que lo llevó a la Liga de Balompié Mexicano, un desafío que terminó siendo una decepción.

Peña no dudó en expresar su sentir sobre la Liga de Balompié, indicando que, aunque tuvo la intención de revitalizar su carrera, la experiencia fue fallida. “Jugué en la Liga de Balompié, pero ahí fue donde valió madres”, confesó, refiriéndose a su tiempo con Correcaminos y la llegada de jugadores como ‘Chatón’ Enríquez y el ‘Avión’ Calderón, quienes, según él, llenaron el equipo de promesas vacías.

Su relato se adentra en las dificultades económicas que enfrentaron, donde las promesas de pagos quedaron en el aire. “El profe Matosas apoyó a los jugadores con su propio dinero para ayudar a cubrir necesidades básicas, ya que muchos de los jóvenes no recibían la compensación que se les había prometido”, añadió Peña, resaltando el ambiente profesional que, a pesar de sus intenciones, carecía del sustento y la estructuración necesaria.

“Estuvimos solo tres meses en la LBM, pero tres meses mal”, subrayó Peña, quien coincidió con Matosas, no como su exentrenador, sino en su nuevo rol como directivo. El intento de crear una liga competitiva en México se vio frustrado por una falta de compromiso profesional que terminó por desmoronar el sueño de muchos jugadores.

Este relato de ‘Gullit’ Peña destaca la frágil línea entre el éxito y el colapso en el mundo del fútbol, evidenciando cómo circunstancias fuera del control de los deportistas pueden influir drásticamente en sus carreras, así como la importancia de un entorno profesional sólido que respalde el talento que, en su caso, sigue siendo indiscutible.

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