En la ciudad de Bogotá se ha reportado un caso impactante de mutilación genital femenina, en el cual dos víctimas, una niña de 13 años y una bebé de 23 meses, fueron llevadas a un centro de salud con lesiones graves en sus genitales.
Este acto cruel, también conocido como ablación, es considerado una violencia extrema contra las mujeres y niñas y se practica en varios países de África, Asia y América Latina. En Colombia, la mutilación genital femenina es un delito penalizado desde hace algunos años, pero aún se registran casos en algunas regiones del país.
Según las autoridades, la niña de 13 años, que había sido sometida al procedimiento en su país de origen, tuvo que ser internada en un hospital de la ciudad para recibir atención médica urgente. Por otro lado, la bebé fue reportada como paciente en una clínica local, donde se registraron graves daños en su sistema urinario derivados de la mutilación.
Este tipo de prácticas, sin lugar a duda, deben ser erradicadas en todas partes del mundo. Las mujeres y las niñas tienen derecho a ser protegidas contra la violencia, la discriminación y las prácticas culturales nocivas que atenten contra su integridad física y emocional.
Es importante resaltar que erradicar estas prácticas no será fácil, ya que muchas veces la mutilación genital femenina está muy arraigada en las culturas y tradiciones de las comunidades donde se practican. Sin embargo, es necesario seguir trabajando por la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas, la educación para la prevención de la violencia de género y la eliminación de las barreras culturales que impiden su realización.
Es alarmante y desgarrador pensar que en pleno siglo XXI, aún existan prácticas tan discriminatorias y dolorosas. Es tarea de todas y todos luchar por un mundo más justo e igualitario, en donde las mujeres y las niñas sean valoradas por su verdadero potencial y no por su género.
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