Este lunes los mercados financieros, desde hacia hasta Estados Unidos, comenzaron sus actividades con la incertidumbre a a flor de piel debido a la posible quiebra del gigante inmobiliario chino Evergrande.
En semanas pasadas, la empresa reconoció que enfrentaba fuertes presiones y riesgos de impago de préstamos. De acuerdo con información dada a conocer por la misma compañía, su deuda ascienda a los 350 mil millones de dólares y ha puesto en jaque a los mercados financieros debido al gran número de acreedores –bancarios y no bancarios– que involucra.
¿Quién es Evergrande?
Fundada en 1996 por el presidente Hui Ka Yan en la ciudad sureña de Cantón, Evergrande aceleró su crecimiento en la última década hasta convertirse en el segundo promotor inmobiliario de China, con 110 mil millones de dólares en ventas el año pasado.
La empresa salió a bolsa en Hong Kong en 2009, lo que le dio más acceso a los mercados de capitales y de deuda para aumentar el tamaño de sus activos hasta los 355 mil millones de dólares actuales. Cuenta con más de mil 300 desarrollos inmobiliarios en todo el país, muchos de ellos en ciudades de segundo orden.
Con la ralentización del crecimiento de las ventas en los últimos años, Evergrande también se ha diversificado a negocios no relacionados con el sector inmobiliario, como los autos eléctricos, el fútbol, los seguros y el agua embotellada.
Preocupación por la deuda
Los inversores empezaron a preocuparse después de que en septiembre del año pasado se filtró una carta que mostraba que Evergrande había solicitado el apoyo del Gobierno para aprobar un plan de salida a bolsa que fue descartado, advirtiendo que se enfrentaba a una crisis de liquidez.
La preocupación se intensificó después de que la empresa admitió en junio que no había pagado a tiempo algunos pagarés, y de que en julio un tribunal chino congeló un depósito bancario de 20 millones de dólares de la empresa a petición del Guangfa Bank.
La rápida expansión de Evergrande se alimentó de deuda, obteniendo préstamos de forma agresiva para respaldar compras de terrenos y vendiendo apartamentos rápidamente, a pesar de los bajos márgenes, para volver a iniciar el ciclo.
Según el balance provisional de la empresa, su deuda con intereses se redujo a 89 mil millones de dólares a finales de junio, por sus esfuerzos de desendeudarse.
Sin embargo, el pasivo total, que incluye las cuentas por pagar, aumentó ligeramente hasta el nivel actual, lo que supone alrededor del 2% del Producto Interno Bruto (PIB) de China.
Además de los canales bancarios y de bonos usuales, el promotor ha sido criticado por recurrir al mercado bancario en la sombra, menos regulado, que incluye fideicomisos, productos de gestión de patrimonio y papel comercial.
El riesgo por la crisis del gigante inmobiliario
El banco central de China destacó en su informe de estabilidad financiera de 2018 que empresas como Evergrande podrían suponer riesgos sistémicos para el sistema financiero del país.
Los pasivos del gigante inmobiliario involucran a más de 128 bancos y más de 121 instituciones no bancarias, según la carta que la empresa envió al gobierno a finales del año pasado. JPMorgan estimó la semana pasada que China Minsheng Bank tiene la mayor exposición.
El retraso en los pagos podría desencadenar impagos cruzados, ya que muchas instituciones financieras están expuestas mediante préstamos directos y participaciones indirectas a través de diferentes instrumentos financieros.
En el mercado de bonos en dólares, Evergrande representa el 4% de las inmobiliarias chinas de alto rendimiento, según DBS. Cualquier impago desencadenará también ventas en el mercado de crédito de alto rendimiento.
El impacto de un posible colapso se extiende también al mercado laboral, ya que en la empresa laboran 200 mil personas y contrata cada años a 3.8 millones de trabajadores en el desarrollo de proyectos.