En los últimos años, México ha sido señalado como uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, según denuncias de organizaciones como Artículo 19. La violencia contra los comunicadores en el país ha aumentado de manera alarmante, lo que ha generado un clima de miedo y autocensura en los medios de comunicación.
Según datos recopilados, en México se han registrado numerosos casos de agresiones, amenazas e incluso asesinatos de periodistas que intentaban informar sobre temas sensibles como corrupción, narcotráfico o violencia. Estos ataques no solo representan un grave atentado contra la libertad de expresión, sino que también ponen en riesgo el derecho de la sociedad a estar informada de manera veraz y oportuna.
Ante esta situación, es fundamental que las autoridades mexicanas tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de los periodistas y proteger su labor informativa. La impunidad de los responsables de estos crímenes solo contribuye a perpetuar la violencia y el silenciamiento de la prensa, lo que representa un grave retroceso en materia de derechos humanos y democracia.
En este sentido, es necesario que se fortalezcan los mecanismos de protección para los comunicadores, se investiguen de manera exhaustiva los casos de agresiones y se castigue a los responsables de manera ejemplar. Solo así se podrá garantizar un ambiente seguro y libre para el ejercicio del periodismo en México, y se podrá evitar que el país continúe siendo catalogado como uno de los más letales para los periodistas a nivel mundial.
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