Con la noticia reciente del surgimiento de una nueva organización política llamada México Nuevo, Paz y Futuro, los ciudadanos están atentos a lo que representan sus figuras fundadoras: Sandra Cuevas y Ulises Ruiz. Sandra Cuevas, quien se desempeñó como alcaldesa de Cuauhtémoc entre 2021 y 2024, ha sido una figura polémica. Ella llegó a su cargo con el apoyo de partidos como el PAN, el PRI, y el PRD, y su paso por la alcaldía es recordado por tácticas poco convencionales, que van desde aventar billetes a sus seguidores hasta situaciones de confrontación con la autoridad.
Uno de los momentos más controversiales de su administración ocurrió cuando tuvo un altercado físico y verbal con policías auxiliares tras la ejecución fallida de un operativo. Su legado también incluye acciones controvertidas en el ámbito cultural, como la eliminación de los vibrantes rótulos de los puestos de comida en su demarcación, a favor de una imagen más “sobria” que fue criticada por atentar contra la identidad popular de la zona.
Ulises Ruiz Ortiz, exgobernador de Oaxaca de 2004 a 2010, es otro personaje que acompaña esta nueva aventura política. Su reputación es notoriamente negativa, apodado “Ulises Ruin” por sus conciudadanos y señalado por la corrupción y la violencia durante su gobierno. A pesar de su deseo de liderazgo dentro del PRI, su administración ha sido objeto de múltiples investigaciones por actos de corrupción, incluido un caso en el que se denunciaron irregularidades en la compra de un equipo médico de alta gama que nunca se utilizó adecuadamente.
En una reciente entrevista, Cuevas expresó su aspiración de ser candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad de México para el año 2030, argumentando su pasión por la política y su deseo de servir al ciudadano. Sin embargo, su alianza con Ulises Ruiz ha sido objeto de críticas, con el pedido implícito de que los votantes no se dejen influenciar por su compañía.
Ruiz Ortiz, autodenominado “matemático”, asegura que su enfoque en los números y objetivos claros será la clave para ganar votos. Sin embargo, una mirada más crítica revela un pasado oscuro, donde se le atribuyen daños patrimoniales significativos a la administración oaxaqueña, calculados en más de 7,000 millones de pesos. De hecho, la construcción de un hospital en Coyoacán bajo su supervisión que supuestamente estaba destinado a la salud pública parece levantar más sospechas sobre el destino de fondos y recursos estatales.
La coalición de estos dos personajes tan controvertidos bajo el nuevo partido es motivo de debate, dejando en el aire preguntas sobre la dirección política de México en el futuro. En un clima donde la pérdida de confianza en los políticos es palpable, el refrán que recuerda a Cuevas —“Dime con quién andas y te diré quién eres”— podría resonar fuertemente entre los votantes.
El panorama parece complicado. Mientras que algunos esperan que nuevos rostros traigan cambios, otros temen que la política continúe atrapada en ciclos de controversia y corrupción. La próxima cita electoral se vislumbra en el horizonte, y con ello, la esperanza o el desencanto de una ciudadanía que observa con atención este nuevo capítulo político.
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