En 1843, la artista y botánica Anna Atkins inició la publicación de Photographs of British Algae: Cyanotype Impressions (1843-53), una serie de fascículos que, a lo largo de un decenio, dieron forma al que hoy es reconocido como el primer libro impreso e ilustrado con fotografías. Sin embargo, durante más de un siglo la fotógrafa permaneció en la oscuridad (con frecuencia sus iniciales, A. A., llegaron a ser interpretadas como Amateur Anónimo) y, probablemente, allí hubiera seguido de no ser por las investigaciones llevadas a cabo por el historiador Larry J. Schaaf, que aparte de rescatar la figura de la autora, en 2015 pudo confirmar que The Quillian Leaf , una de las primeras imágenes fotográficas que se conservan, atribuida hasta entonces, y de nuevo, a Fox Talbot, era obra de otra mujer, Sarah Anne Bright. Los comienzos de la historia de este influyente medio que cambiaría la mirada del mundo quedaban reescritos.
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En What They Saw: Historical Photobooks by Women, 1843-1999, las autoras dan forma a una antología que recorre la historia de los fotolibros creados por mujeres desde 1843 hasta 1999. El libro ha merecido el premio al Mejor Catálogo del Año en la última edición de Paris Photo. Un ejercicio de revisionismo muy necesario en esta época expansiva del fotolibro, a cuya propia historia se le ha comenzado a prestar atención hace relativamente poco tiempo. Fue el historiador español Horacio Fernández quien abrió la brecha con Fotografía Pública/Photography in Print 1919- 1939, un estudio que acompañó a una exposición en el Reina Sofía de título homónimo en 1999.
Entre los libros que siguieron, los más divulgados son The Book of 101 Books, de Andrew Roth, y los tres volúmenes que componen The Photobook: A History, firmado por Gerry Badge y Martin Parr. El crítico americano Jorg Colberg señalaba en uno de sus escritos que en el primer volumen de esta trilogía solo se encuentran 18 libros firmados por mujeres entre un total de 209. El segundo volumen mejora para sumar 37 fotógrafas entre los 174 autores. “Existen otros libros de libros, delimitados por áreas geográficas en concreto o temas”, destaca Yatskevich.
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Para una tarea de tan amplio alcance, las autoras contactaron con curadores, bibliotecarios, editores y coleccionistas. Entre sus descubrimientos, Yatskevich destaca The Camera and The Congo Crime, de Alice Seeley Harris. Publicado a comienzos del siglo XX, puede ser considerado como un ejemplo de campaña humanitaria fotográfica durante la cual la autora documentó las atrocidades cometidas bajo el reinado de Leopoldo II. Cita también One Time, One Place, publicado en 1971, cuatro décadas después de su realización. Su autora es la conocida escritora americana Eudora Welty, que documentó la vida en Misisipí, su tierra natal, durante mediados de los años treinta. Passion ofrece una galería de retratos, publicada en 1989, donde la fotógrafa camerunesa Angèle Etoundi Essamba desafía los estereotipos.
Dividida en diez capítulos temáticos, que sitúan a los libros dentro del contexto social, político y cultural del momento, la publicación también incluye fotolibros de autoras que forman ya parte del panteón de los maestros de la fotografía, como Diane Arbus, Margaret Burke-White, o Varvara Stepanova. Nos encontraremos también con un referente dentro de la historia de la fotografía de nuestro país, España oculta, de Cristina García Rodero, el primer gran estudio fotoetnológico de las fiestas y tradiciones de España, así como Antifémina, de Colita, un manifiesto que propone una representación de la mujer más diversa.
‘What They Saw: Historical Photobooks by Women, 1843-1999′. Russet Lederman y Olga Yatskevitch. 352 páginas. 75 euros.
‘Photography- A Feminist History’. Emma Lewis. Octopus Books / Tate. 225 páginas. 48 euros.
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