Uno de los socios clave en la coalición del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha dado un giro decisivo que amenaza la estabilidad de su gobierno en un contexto crítico por la guerra en Gaza. El partido Judaísmo Unido de la Torá ha anunciado este martes que sus siete parlamentarios abandonarán la coalición, lo que podría tener repercusiones significativas, dada la delicada situación actual.
El motivo detrás de esta ruptura son desacuerdos profundos acerca de un proyecto de ley que propondría amplias exenciones del servicio militar obligatorio para los ultraortodoxos, quienes, en lugar de alistarse en el Ejército, continúan sus estudios en seminarios religiosos. La facción Degel HaTorah del partido ha señalado que el Gobierno ha fallado al no cumplir con sus compromisos sobre el estatus de los estudiantes de estos seminarios.
Históricamente, un acuerdo de hace décadas ha permitido a decenas de miles de judíos ultraortodoxos evitar el servicio militar, enfocándose en sus obligaciones religiosas. Sin embargo, la respuesta del Gobierno ante la creciente necesidad de personal militar durante el conflicto actual ha complicado esta situación. El Tribunal Supremo de Israel, en un fallo unánime el año pasado, ordenó al Ejército comenzar a reclutar a hombres ultraortodoxos, aunque hasta ahora, los esfuerzos para hacerlo han contado con escaso éxito.
Con la salida de Judaísmo Unido de la Torá, Netanyahu se encuentra ahora con una ventaja mínima de un solo escaño en la Knesset, lo que podría abrir la puerta a que el segundo partido ultraortodoxo más grande, Shas, también considere salir de la coalición. Tal medida podría poner fin a la mayoría del primer ministro.
Adicionalmente, la coalición de Netanyahu se apoya cada vez más en partidos de extrema derecha, quienes se oponen a cualquier concesión en las negociaciones de alto el fuego con Hamás. Este panorama provoca una tensión considerable en el Gobierno, además de que algunas de estas facciones han amenazado con abandonar si se imponen medidas para poner fin a los combates.
El tiempo es limitado; la salida de Judaísmo Unido de la Torá tiene un plazo de 48 horas para hacerse oficial, permitiendo a Netanyahu buscar una solución para mantenerlos en la coalición. Sin embargo, las expectativas de un acuerdo parecen escasas, según analistas, quienes subrayan las diferencias entre el proyecto de ley en discusión y las demandas del partido ultraortodoxo. Por su parte, el ministro del Gabinete Miki Zohar ha expresado su optimismo, esperando que la situación pueda resolverse a favor del Gobierno.
Así, el escenario político en Israel se reconfigura en medio de conversaciones indirectas entre Israel y Hamás sobre los términos de una tregua, iniciadas tras 21 meses de conflicto. A pesar de la presión ejercida por Estados Unidos y las mediaciones de países como Egipto y Qatar, las negociaciones aún no han dado resultados concretos.
Esta información se basa en eventos ocurridos hasta la fecha de publicación, el 15 de julio de 2025.
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