Leon Tong Ying-Kit, el primer condenado bajo la temida ley de Seguridad Nacional en Hong Kong, tendrá que cumplir nueve años de cárcel. La sentencia ha sido emitida ese viernes, tres días después de que los jueces declararan culpable al joven de 24 años de los delitos de incitación a la secesión y terrorismo por haber estrellado contra tres policías la moto que conducía durante una manifestación, en la que llevaba una bandera con el lema “Liberar Hong Kong, revolución de Nuestra Era”.
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En la sentencia, los tres jueces han impuesto al antiguo camarero una pena de 6,5 años de prisión por el delito de incitación a la secesión, y otra de ocho años por el de terrorismo. Aunque la mayor parte de ellas se cumplirán de manera simultánea. Un total de 2,5 años de la correspondiente a terrorismo se completarán de modo consecutivo, para un total de nueve años.
En su sentencia, los jueces indican que “el tiempo total de condena refleja lo suficiente la culpabilidad del defendido en sus dos delitos y el aborrecimiento de la sociedad, al mismo tiempo, para lograr el necesario efecto disuasorio”.
Primer detenido
El joven había sido el primer detenido bajo la ley de Seguridad Nacional, en la primera jornada de vigencia de la medida tras su promulgación el 30 de junio del año pasado. El 1 de julio, aniversario de la vuelta de la antigua colonia británica a la soberanía china. La Policía había prohibido la marcha de protesta que tradicionalmente se celebra en esa fecha. Tong apareció en una de las avenidas del centro de la ciudad, frente a una fuerte presencia policial en uniforme antidisturbios, sobre su moto y arremetió contra tres de los agentes. El lema que lucía en una bandera negra era el eslogan de las manifestaciones masivas que paralizaron la antigua colonia en 2019.
Libertad de expresión
La decisión judicial tendrá implicaciones sobre la libertad de expresión en Hong Kong. Ya perjudicada, según los simpatizantes de la oposición, después de que una serie de detenciones y sanciones forzaran el cierre del periódico prodemocracia Apple Daily. A partir de ahora, periodistas, escritorios o cualquier miembro del público puede querer pensárselo dos veces antes de emitir en público una opinión que pueda ser interpretada como contraria a la Ley de Seguridad Nacional. A diferencia de otras normas en el enclave, la interpretación final de esa ley corresponde a Pekín.
La medida castiga hasta con la cadena perpetua el separatismo, el terrorismo, la subversión de los poderes del Estado y la confabulación con fuerzas extranjeras.