Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco. Más de 7 millones de estas defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
Además, es la principal causa de mortalidad prematura y evitable en los países desarrollados, entre ellos Nueva Zelanda, donde también es la causa de uno de cada cuatro casos de cáncer.
Por tal motivo, el país oceánico tiene como objetivo eliminar el tabaquismo para el 2025, evitando a toda costa que las nuevas generaciones tengan contacto con el tabaco en cualquier etapa de su vida; y de conseguirlo, sería el primer país en el mundo donde prácticamente no habría humo de cigarrillos.
A través de un comunicado dado a conocer por el gobierno neozelandés, la ministra de salud del país, Ayesha Verrall, indicó que el plan para reducir el consumo de cigarrillos y prohibir su venta se realizará con el objetivo de que las futuras generaciones no prueben ni tengan acceso a un cigarro.
La legislación que comenzó en diciembre pasado, entraría en vigor este 2022, y se le dio forma después de que en marzo de 2021 se realizara una consulta pública para recibir propuestas para elaborar el plan.
“Queremos asegurarnos de que los jóvenes nunca comiencen a fumar, por lo que tipificaremos como delito vender o suministrar productos de tabaco para fumar a nuevas cohortes de jóvenes. Las personas que tengan 14 años cuando la ley entre en vigor nunca podrán comprar tabaco legalmente”, indicó.
Para alcanzar sus metas en el Plan de Acción 2025 sin humo, el gobierno tipificó como delito vender o proporcionar tabaco a menores de edad.
Además redujeron los puntos de venta que tienen permisos para comercializarlos, y que los cigarrillos vendidos tengan los niveles de nicotina más bajos. Asimismo, dieron apoyos para reducir los niveles de adicción de los fumadores para que les resultara más fácil dejar de consumirlos.
El plan que se echó a andar en 2021, tuvo un presupuesto de 36 millones de euros para la promoción de la salud, en especial para sus comunidades indígenas del Pacífico, Maoríes y Pacifikas, que siguen presentando grandes cifras en cuanto a consumo del tabaco respecto al resto de los neozelandeses.
Uno de los ejes principales fue financiar más actividades comunitarias para motivar a las personas en todo el país para lograr el objetivo de no fumar, e informar sobre la ayuda disponible a las personas en su viaje para dejar de fumar, de acuerdo con el ministerio de salud.
Según The Guardian, la comunidad Maorí, el 29 por ciento de su población fuma a diario, a diferencia del 12 por ciento de la población general de Nueva Zelanda.
Una de las reacciones que se han dado respecto a la prohibición de la venta de cigarro, es el posible crecimiento del mercado negro, que suele aparecer siempre que se limita la compra o venta de algo. Por otro lado, podría ser un problema el que las nuevas generaciones utilicen vapeadores como sustituto del cigarro, esto también podría generar adicción y daños a la salud.
De acuerdo con datos de la asociación Cancer Research UK, fumar un sólo cigarro en el día, conlleva la mitad del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o una enfermedad coronaria, que si una persona fuma 20 cigarrillos al día.
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