En una comunidad de San Cristóbal, Chiapas, se ha registrado un acto de vandalismo y represión de ideas en pleno siglo XXI. Nuevos libros de texto fueron quemados por un grupo de personas, generando preocupación e indignación en la comunidad. Este hecho lamentable pone en evidencia la intolerancia y la falta de respeto hacia la diversidad de pensamiento.
El incidente ocurrió en el contexto de una disputa política entre dos grupos de la comunidad. Según testigos, un grupo de individuos prendió fuego a los libros de texto recién entregados por las autoridades educativas. La violencia y la destrucción de materiales educativos constituyen un atentado directo contra el derecho a la educación y la libre expresión.
Es alarmante que en pleno siglo XXI se sigan perpetrando actos de censura y violencia en contra del conocimiento. Los libros de texto son herramientas fundamentales para el aprendizaje y el desarrollo de las sociedades. Quemarlos es una clara señal de intolerancia y de querer imponer un pensamiento único.
La quema de libros representa una negación absoluta de la diversidad cultural y del pluralismo de ideas. Además, es un ataque directo contra las futuras generaciones, quienes se ven privadas de acceso a una educación de calidad. Es responsabilidad de las autoridades locales y educativas garantizar la seguridad y el respeto a la libertad de pensamiento en el ámbito educativo.
Es necesario que se investigue y sancione a los responsables de este acto vandálico. La violencia no puede ser tolerada ni justificada bajo ninguna circunstancia. La educación es una herramienta fundamental para la construcción de una sociedad justa y equitativa, y todos debemos velar por su promoción y protección.
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