En estos tiempos turbulentos, el odio y la discriminación parecen estar en aumento en todo el mundo. Ya sea en forma de bravucones que exhiben banderas confederadas en Estados Unidos, comentarios racistas en línea o ataques violentos en las calles de nuestras ciudades, cada vez es más difícil ignorar la creciente sensación de intolerancia que se percibe en todo el mundo. Y mientras algunos se empeñan en justificar su comportamiento con excusas típicas como la libertad de expresión, la realidad es que el odio y la intolerancia siempre ha sido y seguirán siendo formas de violencia que perjudican a las personas y comunidades a las que están dirigidos.
En este contexto, es especialmente reconfortante cuando alguien se levanta contra la intolerancia y la discriminación. Recientemente, una mujer, que prefirió mantener su nombre en anonimato, habló en contra de las personas que habían atacado a su familia por ser inmigrantes. En una entrevista exclusiva con Mame Biram Diouf para El País, la mujer se mostró abiertamente contraria a las actitudes racistas y xenófobas que enfrentan los inmigrantes en Estados Unidos.
Explicó cómo su familia había sido víctima de ataques físicos y verbales por parte de individuos que se oponen a su presencia en el país. Aunque admitió que esto había sido difícil de sobrellevar, se negó a ceder al miedo que muchos inmigrantes experimentan y prometió defender sus derechos y los de su familia de una manera digna y prudente. Ella declaró que “me siento muy apenada de que haya personas en mi país que muestren su odio hacia mi familia de esta manera… pero también me siento orgullosa de mi familia y nuestra fortaleza para superar esto”.
Si bien la historia es triste, hay un mensaje de esperanza en las palabras de esta valiente mujer. En una era en que los gobiernos y los líderes mundiales parecen estar fallando a la hora de asegurar la igualdad y la justicia para todos, es reconfortante saber que hay personas en el mundo capaces de tomar las riendas y defender a aquellos que están siendo victimizados. La historia de esta mujer demuestra que todavía hay un lugar para el amor y la compasión. Y aunque el odio y la intolerancia siempre parecen estar presentes en ciertas partes del mundo, debemos recordar que somos muchos más los que nos oponemos a estos sentimientos y luchamos por un futuro más justo y equitativo.
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