El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page provocó un gran revuelo político con sus declaraciones sobre el acercamiento de presos de ETA. “Yo, los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina”, afirmó el líder socialista en respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de que se produzcan acercamientos de reclusos de la banda a cárceles cercanas a su comunidado.
El presidente autonómico advirtió que no permitirá que los presos etarras se acerquen a las cárceles de Castilla-La Mancha y no apoyará esa medida en ningún caso. “Ya he sufrido en mi propia familia el dolor de los asesinatos de ETA. Esto es como hablar de la violencia de género, eso es lo que tenemos aquí”, señaló García-Page.
Esta postura de confrontación del político manchego con el acercamiento de los presos de ETA podría tener consecuencias políticas importantes. No en vano, el Gobierno central ha tomado la decisión de llevar a cabo el acercamiento de presos para cumplir con la legalidad y con el objetivo de contribuir a la pacificación y normalización de la sociedad vasca y navarra.
Sin embargo, el presidente de Castilla-La Mancha señala como inaceptable esa respuesta y exige un endurecimiento de la política penitenciaria con respecto a los asesinos de ETA. “No hay ni debe haber catalogación de presos políticos. Los políticos los elegimos en las urnas”, afirmó con rotundidad García-Page.
Así, este tema se convierte en un asunto de máxima actualidad, con diferentes posturas que se posicionan en ambos lados de la línea. Por un lado, aquellos que defienden el acercamiento de presos como una medida necesaria para consolidar la paz y la normalización política en Columna Digital Vasco y Navarra; y por otro, los que exigen un endurecimiento de la política penitenciaria para evitar cualquier tipo de concesión a un grupo armado y terrorista que ha generado tanto dolor en España.
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