Cada vez más países están avanzando en la lucha por los derechos de la comunidad LGTBI, pero aún existen naciones que no han aceptado las relaciones entre personas del mismo sexo. En algunos lugares, esta situación va más allá de la falta de aceptación social y se traduce en penalizaciones legales.
Por ejemplo, en Arabia Saudita, la homosexualidad puede ser castigada con pena de muerte y en Irán, la ley establece la pena de muerte por relaciones entre hombres, mientras que las mujeres pueden ser sentenciadas a latigazos. En otros países, como Nigeria, el castigo puede ser la prisión, con un máximo de 14 años en algunos casos.
En muchos lugares, la falta de protección y de apoyo legal para las parejas del mismo sexo es una realidad. En Rusia, una ley antipropaganda dirigida a “proteger” a menores de la información sobre relaciones homosexuales, ha servido como justificación para la violencia y la discriminación a la comunidad LGTBI. En países como Polonia, Hungría, y otros de la Europa oriental, han surgido leyes que restringen los derechos de los homosexuales y que criminalizan los valores y la cultura que representan.
En América Latina, países como Jamaica y Barbados penalizan la homosexualidad, mientras que en El Salvador, la discriminación y la violencia son una realidad para la comunidad LGTBI. En Cuba, aunque la homosexualidad no está penalizada, la situación es complicada para la comunidad LGTBI, con un sistema de cuidado médico que busca curar la homosexualidad mediante terapias “reparadoras”.
En algunos países, la realidad no es tan extremista, pero aún se advierte una falta de protección real para las personas del mismo sexo. En Rusia, por ejemplo, el matrimonio homosexual es ilegal y no se reconocen los derechos de las parejas del mismo sexo, a pesar de que se ha avanzado en la descriminalización de la homosexualidad.
La lucha por la igualdad de derechos para la comunidad LGTBI sigue siendo un tema candente en todo el mundo. En algunos lugares, la situación es alarmante, pero en otros, se está avanzando hacia una plena inclusión. No importa el lugar, la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI es un objetivo importante y necesario para garantizar una sociedad justa y equitativa para todos.
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