En un lamentable hecho ocurrido en 2020, el distrito escolar de Florida decidió prohibir el acceso a ciertos libros que consideraban “inapropiados” para los estudiantes. Esta medida fue recibida con indignación y preocupación por parte de la organización PEN America y la editorial Penguin Random House.
Ambos organismos se unieron para demandar al distrito escolar y abogar por la libertad de lectura. La prohibición de libros es una censura peligrosa y contraria a los derechos humanos. Uno de los libros más afectados es “The Bluest Eye” de Toni Morrison, un clásico que retrata la vida de una niña negra en la década de 1940 y aborda temas de racismo, violencia y opresión. También se prohibió el acceso a “The Adventure of Huckleberry Finn” de Mark Twain, conocido por su representación humorística y crítica de la sociedad estadounidense.
La prohibición de libros y la censura pueden tener consecuencias graves. En el caso del distrito escolar de Florida, los estudiantes se ven privados de acceder a información valiosa que les permite comprender distintas realidades y perspectivas. También se les está privando de la capacidad crítica y de formar su propia opinión, aspecto fundamental en una sociedad democrática.
Es fundamental que se respete la libertad de lectura y que se abra un diálogo para entender los motivos detrás de esta medida del distrito escolar de Florida. Prohibir libros y censurar información solo contribuye a la ignorancia y a la falta de progreso. Debemos trabajar juntos para garantizar que los estudiantes tengan acceso a una amplia variedad de literatura y que se les permita formar su propia opinión.
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