No había terminado de entrar Plácido Domingo en el escenario del Auditorio Nacional cuando el público estalló en aplausos. Era la bienvenida que el público madrileño ha brindado este miércoles al cantante después de un año y medio de ausencia en los escenarios españoles por las acusaciones de acoso sexual vertidas contra él por una veintena de mujeres en Estados Unidos. Más de tres minutos de vítores y piropos variados: “¡Bravo!”, “¡Eres el más grande!”. Tan intensa era la ovación que el resto de los músicos que iban a salir a actuar después, entre ellos la soprano Ainhoa Arteta y la veterana bailarina y concertista de castañuelas Lucero Tena, salieron de sus camerinos para sumarse al aplauso, lo que hizo que el artista acabara con lágrimas en los ojos. La emoción fue aumentando a medida que avanzaba el recital, de modo que al final desbordaba: cinco bises tuvo que cantar el tenor para calmar las ansias de los espectadores.
El concierto comenzó con una pieza instrumental, el preludio de la Carmen de Bizet, interpretado por la Orquesta Clásica Santa Cecilia con Josep Caballé Domenech a la batuta. Y justo después salió Domingo para interpretar Nemico della patria?! (Enemigo de la patria), el aria principal del barítono de la ópera Andréa Chénier, de Umberto Giordano. Al terminar, otra ovación.
Ya a la entrada del Auditorio Nacional se respiraban las ganas que tenían esos espectadores de reencontrarse con Domingo. Un público de todas las edades, pero mayoritariamente femenino, entre ellas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que declaró: “Es un orgullo tenerle entre nosotros. Uno de los mejores tenores y uno de los mayores embajadores que ha tenido España. Es un orgullo tenerle en España”. El concierto, organizado por la Fundación Excelentia en beneficio de Cruz Roja Responde para ayudar a las personas más vulnerables afectadas por la pandemia, había despertado mucha expectación desde que se anunció hace un mes y apenas quedaron sin vender algunas butacas sueltas de las 1.620 puestas a la venta, por las medidas anticovid, de las 2.340 que tiene la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, con precios que oscilaban entre 55 y 175 euros.
El cierre del concierto, como se veía venir, fue apoteósico. Domingo cantó lo que estaba previsto en el programa, un aria de El dúo de la africana, la zarzuela más conocida de Manuel Fernández Caballero. Pero al terminar, el público dejó claro que ese no podía ser el final. Y empezaron a sucederse los bises: cinco de él y otro de Jorge de León. Los de Domingo: la romanza Luché la fe por el triunfo, de la zarzuela Luisa Fernanda; una pieza de la opereta La viuda alegre, con Ainhoa Arteta; el pasodoble La morena de mi copla, el bolero Bésame mucho y la canción napolitana Non ti scordar di me. El ambiente era de fiesta total.