En el estado de Morelos, México, se encuentra un tesoro arqueológico prehispánico que no es muy conocido: el Observatorio Astronómico de Xochicalco. Este lugar, construido entre los años 700 y 900 d.C., fue utilizado por antiguas civilizaciones para estudiar los movimientos del sol y la luna.
El observatorio se encuentra en una zona elevada rodeada por una muralla, lo que sugiere que era un lugar sagrado y ceremonial. Desde allí, podían observar la salida y la puesta de los astros, y realizar cálculos para determinar fechas importantes en su calendario, como el solsticio y el equinoccio.
El observatorio cuenta con varios elementos arquitectónicos que permitían realizar estas observaciones. Por ejemplo, hay un “canal colector” que permitía la entrada de rayos de luz al lugar, y así medir el movimiento del sol. También hay un “ojo de agua” que servía como un espejo para observar la constelación de la Osa Mayor.
Es interesante destacar que, aunque el observatorio fue construido hace más de mil años, todavía es posible observar los movimientos celestes desde este lugar, lo que habla de la precisión y conocimiento astronómico de los antiguos habitantes de la zona.
El Observatorio Astronómico de Xochicalco es un gran testimonio de la historia y conocimientos de los antiguos habitantes de México. Además, representa una oportunidad para seguir investigando y ampliando nuestro conocimiento sobre esta antigua civilización y su relación con el Universo.
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