Es indudable que la agricultura es uno de los pilares fundamentales de la economía de nuestro país. Sin embargo, en los últimos tiempos hemos visto cómo esta actividad se ha visto seriamente perjudicada debido a la falta de sensibilidad de nuestros políticos. La Ley de Doñana, que debería ser una herramienta para proteger nuestro medio ambiente, está provocando un daño irreparable en el sector agrícola. Como señalaba el famoso escritor Miguel Delibes, resulta incomprensible que nuestros gobernantes no se den cuenta del perjuicio que están causando con esta ley.
En primer lugar, es necesario reconocer el valor que la agricultura tiene para nuestra sociedad. No solo se trata de una actividad económica vital para muchas familias, sino que también es una actividad que forma parte de nuestra cultura y tradiciones. Es por ello que resulta especialmente doloroso ver cómo los políticos están dejando a un lado las necesidades de los agricultores y los intereses de la sociedad en su conjunto.
En segundo lugar, es importante destacar que la Ley de Doñana, en su forma actual, está perjudicando gravemente a la agricultura. Esta ley, que debería ayudar a preservar nuestro medio ambiente, está dañando seriamente los cultivos. Los agricultores están viendo cómo sus cosechas se están viendo afectadas por una falta de agua que se debe en gran medida a la falta de obras hidráulicas. Además, muchos de ellos están teniendo dificultades para acceder a sus tierras, lo que está provocando graves problemas económicos.
Por último, debemos señalar que el problema de la Ley de Doñana no es solo un problema de los agricultores, sino de toda la sociedad. Al perjudicar al sector agrícola, estamos comprometiendo seriamente nuestra seguridad alimentaria y nuestra independencia económica. Además, estamos dañando seriamente nuestro medio ambiente, lo que a largo plazo tendrá consecuencias negativas para todos.
En definitiva, es necesario que nuestros políticos tomen conciencia de la gravedad del problema y actúen de una vez por todas. No podemos permitir que la Ley de Doñana siga dañando nuestra agricultura y nuestro medio ambiente. Son necesarias medidas urgentes para garantizar que los agricultores puedan seguir desempeñando su labor de manera sostenible y para preservar nuestro medio ambiente para las generaciones futuras.
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