Este lunes ucrania es atacado con una nueva ofensiva en la que se han desplazado decenas de drones de fabricación iraní, estos artículos son los que Rusia ha recurrido de manera creciente en la guerra. La frecuencia de los ataques ha crecido y la población trata de refugiarse ante esta peligrosa rutina que extiende el riesgo a cientos de kilómetros de lo que se considera línea del frente. Hasta 35 de esos drones han surcado los cielos del país a primera hora de la mañana aunque 30 han sido interceptados, según fuentes del Ministerio del Interior.
La supervivencia de los ucranianos continua ante las temperaturas bajas y la falta de electricidad sus habitantes. La temperatura en Kiev este lunes es de 7 grados bajo cero y la máxima que se alcanzará a lo largo de la jornada será de 5 bajo cero, según las previsiones. El alcalde, Vitali Klitschko, informó pocas horas después del bombardeo de que el servicio de agua y calefacción estaba restablecido casi en su totalidad, aunque había algunos barrios que mantenían cortes en el suministro eléctrico. El frío eleva estas semanas al máximo el pico de consumo energético de los habitantes, pero el sistema, que arrastra daños de anteriores ataques, no tiene capacidad para soportar esas necesidades, según reconocen las autoridades. Eso obliga a cortes programados en diferentes regiones del país. Aunque no se han registrado víctimas mortales este lunes, los principales daños se centran en el sistema energético, cuya infraestructura es el principal objetivo de los ataques que Rusia lanza a larga distancia con esos drones desde el mar Caspio o el mar Negro.
El balance de víctimas es de tres heridos. También se han producido daños en una decena de edificios o viviendas, informaron las autoridades regionales. Unos vecinos han relatado a Columna Digital cómo al amanecer el ruido del motor en el aire de uno de esos aviones sin piloto les ha despertado al volar por los alrededores de su apartamento en el barrio de Demivska, en el sur de la capital.
El presidente Volodímir Zelenski ha aprovechado su reunión con los mandos militares para reclamar a sus aliados extranjeros de nuevo un apoyo armamentístico más firme, tanto en cantidad como en tecnología para reforzar sus capacidades antiaéreas. “Cuantas menos oportunidades tenga Rusia de causar terror, más oportunidades tendremos nosotros de restaurar y garantizar la paz”, ha dicho.
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