En los últimos días, ha salido a la luz el caso de Daniela, una joven que fue supuestamente agredida sexualmente por un conductor de Uber en la Ciudad de México. Desde entonces, las autoridades han estado investigando el caso y han surgido rumores de que podrían estar presionando a las víctimas para desestimar los cargos.
Uno de los principales acusadores es Alejandro Rojo de la Vega, titular de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. Según Rojo de la Vega, ha estado recibiendo una gran cantidad de presión de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) para que desestime los cargos en el caso de Daniela y otros casos similares.
Esto ha generado preocupación en la opinión pública, ya que sugiere que las autoridades podrían estar más preocupadas por hacer que las estadísticas de delitos sexuales se vean mejor en papel que por obtener justicia para las víctimas. Además, ha llevado a muchos a cuestionar la efectividad de las autoridades en la lucha contra la violencia sexual en la Ciudad de México.
Aunque las autoridades han negado las acusaciones de Rojo de la Vega, muchos todavía temen que la presión política y los prejuicios contra las víctimas de delitos sexuales puedan estar jugando un papel en la falta de justicia para las víctimas. Por eso, es esencial que todos los miembros de la sociedad trabajen juntos para garantizar que se tomen medidas firmes y efectivas contra la violencia sexual y para brindar apoyo y justicia a quienes han sido víctimas de estos crímenes atroces.
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