Con abrazos, bailes y alguna lágrima han celebrado su rescate los 26 jóvenes salvados por Médicos Sin Fronteras cuando iban a la deriva en el Mediterráneo central, en un pequeño bote de madera color azul con el motor estropeado.
Después de 10 horas navegando han recibido con alivio el mensaje de la responsable de derechos humanos de la misión: “Estamos aquí para salvaros. Todo va a ir bien”.
El bote fue encontrado este jueves a 44 millas náuticas frente a Sabratah, después de una mañana ajetreada en la que han llegado varios avisos de la ONG Alarm Phone de posibles botes en peligro y la información de la ONG Pilotes Volontaires de tres interceptaciones de la Guardia Costera libia, cerca de la posición del Geo Barents. Entre los rescatados, procedentes de Mali, Costa de Marfil, Guinea Conakry, Senegal, Sudán y Gambia, hay 15 menores no acompañados.
Todo fue muy rápido. El equipo de socorristas se ha dirigido toda prisa al vestuario para cambiarse: pantalones impermeables, chaleco salvavidas, casco, gafas y guantes. A la espera de la luz verde, se han reunido en el descansillo de acceso a los laterales del barco desde donde se bajan las dos lanchas rápidas. Después de 10 días en el mar en los que han entrenado duro, ha habido algún abrazo y se han deseado “suerte” antes de empezar la operación.