Francia Enfrenta Nueva Ola de Protestas Masivas ante Medidas de Austeridad
El panorama en Francia se ha oscurecido una vez más con una jornada de disturbios a nivel nacional. Cientos de miles de ciudadanos se han convocado para participar en huelgas y manifestaciones en respuesta a las nuevas medidas de austeridad implementadas por el Gobierno. Ocho grandes sindicatos han organizado este masivo levantamiento, denunciando los planes presupuestarios, que consideran “brutales”, anunciados durante el verano.
A pesar de la reciente caída del Gobierno de François Bayrou, los líderes sindicales persisten en su estrategia de mobilización. Se espera que estas manifestaciones sean una de las más significativas desde las protestas por la reforma de pensiones de hace dos años. Según estimaciones de las autoridades, entre 600,000 y 900,000 participantes, de los cuales hasta 100,000 se concentrarán en París, podrían unirse a las calles.
Desde temprano, las autoridades han reportado más de 230 acciones de protesta en todo el país, con alrededor de 10,000 personas ya involucradas en estas actividades. Aunque el ministro del Interior, Bruno Retailleau, afirmó que las acciones eran “menos intensas de lo esperado”, al menos 58 individuos han sido detenidos, incluidos 11 en París. La situación ha impactado gravemente la movilidad en la capital, con el metro y los trenes de cercanías operando a un ritmo reducido y numerosos retrasos en los servicios regionales.
La SNCF, la compañía nacional de ferrocarriles, indicó que el 90% de los trenes de alta velocidad TGV continuaban en servicio; sin embargo, las líneas locales solo operaban aproximadamente al 60% de su capacidad. En el ámbito educativo, el paro es generalizado: un tercio de los profesores de primaria y casi la mitad del personal de secundaria no se ha presentado a trabajar. El sindicato Snes-FSU, que representa a instituciones de enseñanza media y secundaria, estimó una participación del 45% debido a las crecientes preocupaciones sobre las malas condiciones laborales y los bajos salarios.
La respuesta de las fuerzas de seguridad ha sido notable, con alrededor de 80,000 policías y gendarmes desplegados en todo el país, especialmente en París. Laurent Nuñez, jefe de la Policía, advirtió sobre la posible infiltración de grupos violentos de extrema izquierda en las protestas, instando a los comerciantes a proteger sus negocios frente a posibles alteraciones.
Aunque el nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, rápidamente descartó la impopular propuesta de eliminar dos días festivos, otras medidas siguen en pie, como la revisión de las prestaciones de desempleo y el aumento de los gastos médicos de bolsillo. En el epicentro del conflicto se encuentran las preocupantes finanzas públicas del país, con un déficit que alcanzó el 5.8% del PIB el año pasado, casi el doble del límite establecido por la UE. La deuda nacional, superior a 3.3 billones de euros, representa aproximadamente el 114% de la producción económica, lo que ha llevado a Bayrou a proponer recortes drásticos en el gasto público.
Francia, en su conjunto, se encuentra en una encrucijada significativa, a medida que la población se moviliza contra políticas que generan descontento y ansiedad sobre el futuro económico del país. La jornada de protestas de hoy ha dejado claro que la disidencia se intensifica, reflejando un descontento profundo con la dirección actual del Gobierno.
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