Si hay fuelle, la ofensiva del PP se mantendrá, con todas las baterías, hasta el día de reflexión, previo a la jornada electoral. El presidente del Gobierno dice que las elecciones serán en noviembre de 2023. La cuerda se tensará al máximo. El Ejecutivo asegura estar preparado para la dureza de la oposición y ésta, desunida, no cesará en el hostigamiento a Pedro Sánchez. Así se verá esta semana en las Cortes, aunque el presidente no comparezca al estar de viaje oficial en Argentina. Su nombre saldrá decenas de veces en el diario de sesiones.
No pensaron los populares que iban a tener la baza de los indultos al tiempo de entrar en racha en las encuestas tras el triunfo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Ese resultado ha dado alas al líder del partido, Pablo Casado, convencido de que no puede parar en el marcaje y denuncia permanente del Gobierno, señalan fuentes de la dirección del PP. Aunque no todo está ya escrito en el hacer y devenir del partido.
Los asuntos no sorprenderán. Los indultos en preparación para los políticos independentistas catalanes condenados por el procés, parciales y diferentes para cada uno de los trece concernidos; la pandemia; las relaciones con Marruecos y la reforma laboral se tratarán esta semana en la sesión de control al Gobierno, en la que se ha intensificado el tema libre en el turno de preguntas. Habrá dosis de recuerdo en todos los temas que el PP, Vox y Ciudadanos consideran imprescindible agitar, pero, sobre todo, el de los indultos ante la convocatoria de protesta en la plaza de Colón del próximo domingo. Los movimientos judiciales sobre la Operación Kitchen, presuntamente preparada para ocultar al poder judicial pruebas contra el PP, se colocan del lado del Gobierno contra sus adversarios.
Los populares no han conseguido disimular la incomodidad que les produce la convocatoria de la manifestación contra los indultos del Gobierno. Nada que ver su actitud con la de Vox, que va a por todas. El primer partido de la oposición no está cómodo con el de Santiago Abascal en un frente unido que rememora la foto de Colón de febrero de 2019. En aquella ocasión hubo cabezas altas, incluso algunos codazos para quedar inmortalizados en una imagen en la que muchos querían estar. Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal lucieron sus mejores sonrisas. Ahora, el líder del PP y la nueva dirigente de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no quieren fotos de familia, sino que cada cual vaya por su cuenta. La excusa formal es la de que entonces convocaron los partidos y, ahora, un colectivo, Unión 78, aunque el público sea mayoritariamente afín a PP y Vox. Esta es la previsión, de momento sin base sociológica, que hace el PSOE, dado “el cariz agresivo” contra el Gobierno con el que se prepara la concentración. Mientras el PP aventura que muchos votantes socialistas pueden ir a la manifestación ante la evidencia del alto porcentaje que está en contra de los indultos, en la dirección del PSOE consideran fuera de la realidad que eso pueda suceder. “Ningún militante socialista irá a una llamada de Vox ni del PP, y si hay votantes socialistas en esa plaza, sería excepcional”, señalan interlocutores del partido.